La lucha contra la inmigración irregular se ha convertido en el pilar central del discurso de Vox. Desde su líder, Santiago Abascal, hasta los concejales de las localidades más pequeñas, todos en la formación repiten el mensaje en defensa de la «seguridad». Este posicionamiento, además de ser un punto clave en su ideología, marca profundas diferencias con el Partido Popular (PP). Desde la sede de Vox en la calle Bambú de Madrid, aprovechan esta divergencia para presionar al PP, especialmente en el ámbito regional, donde los populares dependen de los votos de Vox para aprobar presupuestos y gobernar en coalición.
La Ley de Extranjería, un punto de inflexión
Mientras el Gobierno central, el PP y el Ejecutivo canario se preparan para reunirse y debatir sobre la reforma de la Ley de Extranjería y el reparto de menores migrantes, Vox queda fuera de las conversaciones oficiales. Sin embargo, la formación de Abascal ha movilizado a sus dirigentes regionales y locales con un mensaje claro: si el PP pacta con el Gobierno y acepta distribuir a los menores, «todo se irá al traste». Esto implica no solo un posible bloqueo a los presupuestos autonómicos, sino también la ruptura de acuerdos en gobiernos municipales compartidos con el PP.
Avisos y advertencias en las regiones
El portavoz de Vox, José Antonio Fúster, advirtió esta semana que las negociaciones entre el PP y el Gobierno complican la aprobación de presupuestos en las autonomías. Esta postura ya se hizo evidente en Baleares, donde Vox rechazó las cuentas del Ejecutivo de Marga Prohens, aunque el proyecto aún podrá votarse en dos semanas. A pesar de que este rechazo inicial responde a diferencias sobre la eliminación del catalán en la función pública, la cúpula de Vox insiste en que las conversaciones continúan avanzando, especialmente en temas de migración.
En otras regiones, el panorama varía. En Extremadura, las negociaciones están bien encaminadas, mientras que en la Comunidad Valenciana se prevé una reunión con Carlos Mazón la próxima semana. Sin embargo, en Castilla y León la situación se considera «perdida», y en Aragón y Murcia la estrategia será analizar «partida por partida». En todos los casos, la posición de Vox dependerá de si los líderes autonómicos del PP resisten las posibles órdenes de Génova relacionadas con la distribución de migrantes y la financiación de su atención.
Estrategia municipal: condicionar a los alcaldes del PP
La presión de Vox no se limita a las autonomías. Más de un centenar de alcaldes del PP dependen de Vox para aprobar sus presupuestos municipales, y la formación de Abascal busca aprovechar esta influencia para incluir medidas contra la inmigración ilegal en los acuerdos locales. En algunos casos, esta estrategia ya ha tenido consecuencias, como en Burgos, donde Vox rompió el pacto con los populares por financiar ONGs que ayudan a migrantes.