Imagen: Trump impuso aranceles sin precedentes en la historia reciente de Estados Unidos. Getty Images
El presidente de Estados Unidos Donald Trump ha decretado un arancel general del 20% para los productos de la Unión Europea. En un mundo globalizado, unas medidas como estas repercuten en todos los ámbitos: desde el cierre de un mercado hasta unos costes adicionales en productos o procesos de producción. En España, esas tasas afectarán en mayor medida al aceite de oliva y al vino, los dos sectores agroalimentarios nacionales que más exportan a EE.UU.
La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) expresó que “el efecto más directo e inmediato será la subida de precios de los productos importados directamente de Estados Unidos”. También, juzgó que “prácticamente seguro” que la UE “tome represalias” tras el arancel del 25% a las importaciones de EE.UU. como el whisky bourbon o los pantalones vaqueros.
Por ejemplo, podría resultar en un encarecimiento de productos importados como los vehículos, maquinaria agrícola, medicamentos, productos electrónicos o de alimentación. Sin embargo, es muy probable que también los productos fabricados en Europa puedan verse afectados por el incremento de precios, pues puede que dependan de componentes o materias primas importadas que pasan a estar sujetas a estos aranceles. La OCU aseguró que los costes de producción en sectores como el agrícola o el industrial “acabará trasladándose a la cesta de la compra”.
Asimismo, la organización indicó que, si los aranceles afectan a componentes como microchips o baterías, “podrían repetirse situaciones como las que vivimos durante la pandemia”, con esperas “más largas” para recibir un móvil, un coche o un electrodoméstico, o incluso “precios más altos por menor disponibilidad”.
Aumenta el gasto familiar
Así, las estimaciones de ING apuntan a que los consumidores afrontarán un aumento de costes de aproximadamente el 2,5% del gasto familiar. Este escenario solo se contempla en caso de que Bruselas no logre un acuerdo a corto-medio plazo con Washington y termine desplegando contramedidas. Incluso en un futuro, si la guerra arancelaria va a más, es muy posible que el repunte de precios se dé en productos muy concretos.
Eso sí, los expertos recuerdan que el impacto sí podría trasladarse inmediatamente al consumidor en el caso de los servicios como el streaming, el almacenamiento en la nube o en las compras por internet. En estos casos, al no haber intermediarios, el sobrecoste llegaría con rapidez al consumidor.
Respecto a la inflación, el impacto de la guerra comercial en España dependerá fundamentalmente de lo que haga la Comisión Europea, es decir, de las medidas de represalia que anuncie y ponga en marcha en los próximos días. En caso de que la Unión Europea se decantara por estas fórmulas, el impacto sería previsiblemente inflacionario. Es decir, el precio final que paga el consumidor por los bienes y servicios que consume aumentarían en una proporción similar al arancel aplicado.
Por el momento, en una lista preliminar dada a conocer esta semana, la Comisión propuso aranceles del 25% sobre una amplia gama de productos estadounidenses que incluía diamantes, huevos, hilo dental, aves de corral, almendras y soja. En la proposición, que no ha sido aprobada todavía, se excluyen productos sensibles como el bourbon, el vino y los lácteos, cuya inclusión había generado preocupación en países como Francia e Italia.