El crecimiento económico chino está profundamente relacionado con su población joven. Su inserción laboral, movilidad interna y capacidad para innovar desempeñan un papel central en la expansión del país y tienen impacto en el desarrollo industrial global y la redistribución del trabajo a nivel mundial.
De acuerdo con cifras de la Oficina Nacional de Estadísticas, a fines de 2024 China contaba con una población de 1.408 millones de habitantes. El 60 % tenía entre 6 y 59 años, mientras que el 22 % superaba los 60. El grupo entre 15 y 34 años pasó de 443 millones en el año 2000 a 355 millones en 2023, y se espera que caiga a 231 millones para 2050. La presencia juvenil en ese rango varía mucho según la región. Solo cuatro provincias han visto un incremento: Chongqing, Guizhou, Tíbet y Zhejiang. Por otro lado, en provincias del noreste como Heilongjiang, Jilin, Mongolia Interior, Liaoning y Hebei, la disminución superó el 30 %, con una pérdida combinada de cerca de 19 millones de jóvenes.
Hoy, 110 millones de jóvenes residen en grandes urbes con más de tres millones de personas, 140 millones en localidades más pequeñas y otros 110 millones en zonas rurales. En las megalópolis, la juventud creció un 10 % entre 2010 y 2020. Zonas urbanas como Guangzhou, Shenzhen, Foshan y Dongguan, en el delta del río Perla, destacan por su dinamismo. La edad media nacional es de 35 años. Shenzhen posee la población urbana más joven, con una edad media de 32,5 años, mientras que Wuhan presenta la más alta, con 39. En contraste, las ciudades del noreste tienen una media superior a los 42 años, debido a la emigración juvenil y el envejecimiento acelerado.
Durante 2024, el mercado laboral se mantuvo estable. La tasa promedio de desempleo urbano fue del 5,1 %, levemente inferior al año anterior. Esta estabilidad se vio respaldada por una fuerte demanda en el sector servicios, especialmente en hotelería, entretenimiento, tecnologías de la información y servicios personales.
Iniciativas estatales frente a la crisis del empleo
Para 2025, el gobierno se propone generar al menos 12 millones de nuevos empleos y mantener el desempleo cerca del 5,5 %. Sin embargo, factores como la incertidumbre económica global y una recuperación interna aún frágil representan riesgos. Ese mismo año, 12,2 millones de universitarios se incorporarán al mercado laboral, un récord histórico. Como respuesta, se han ampliado programas de formación, reciclaje profesional y apoyo al emprendimiento.
Uno de los ejes de estas políticas es el fortalecimiento del sistema de seguridad social. En 2024, se destinaron 38.600 millones de yuanes (4.950 millones de euros) para ayudar a empresas a conservar puestos de trabajo. A largo plazo, el avance económico de China dependerá de su capacidad para generar sectores industriales innovadores. Para ello, es esencial invertir en tecnología de punta e incentivar el pensamiento creativo.
La mejora educativa también respalda este proceso. La media de escolaridad de la población laboral alcanzó 11,21 años en 2024, un leve aumento frente a 2023. La educación superior, en particular, ha crecido: el 59,9 % de los estudiantes de primer año accede a carreras universitarias. A medida que avanza la digitalización, el mercado de trabajo experimenta una reconfiguración: se automatizan tareas tradicionales, mientras que aumentan los empleos en tecnología, investigación y desarrollo.
Entre 2018 y 2023, se perdieron unos 826 millones de puestos industriales, al tiempo que el sector servicios se expandió un 25,6 %. Las ocupaciones más demandadas son ingenieros de inteligencia artificial, gestores de comercio electrónico e ingenieros en energías renovables, cuyos sueldos superan notablemente la media nacional.
El ecosistema emprendedor chino también muestra un crecimiento vigoroso. En 2024, el país registró 61,2 millones de empresas, un aumento del 5,1 %. El 40 % de estas start-ups están orientadas a la innovación, especialmente en nuevas tecnologías y modelos de negocio. Según el Ministerio de Industria y Tecnología de la Información, la economía digital alcanzó un valor de 53,9 billones de yuanes (6,91 billones de euros), el 42,8 % del PIB. Se estima que esta cifra superará los 80 billones (10,26 billones de euros) en 2030.
Los jóvenes, particularmente la Generación Z (nacidos entre 1995 y 2010), muestran un creciente interés por formas de trabajo más flexibles. En 2024, el 18 % de los nuevos graduados optó por empleos no tradicionales. Al mismo tiempo, se incrementó la proporción de emprendedores de entre 20 y 29 años, que ya representan el 18 % del total. Este grupo actúa sobre todo en inteligencia artificial, medios digitales y nuevos patrones de consumo.
Las brechas regionales siguen marcando el acceso a oportunidades. Las zonas costeras como el delta del río Perla y el delta del Yangtsé lideran en industrias de alta tecnología y servicios financieros. Las provincias del centro y el oeste están en proceso de convergencia mediante inversiones en manufactura e infraestructura. No obstante, el este del país aún concentra los salarios más elevados, provocando migraciones internas hacia los grandes centros urbanos.
La urbanización sigue moldeando la estructura ocupacional. En 2024, el 67 % de la población vivía en ciudades. Aunque las megalópolis generan empleo, también aumentan los costos de vida y la competencia. Por otro lado, sectores como el inmobiliario, la infraestructura urbana y los servicios públicos continúan abriendo nuevos espacios laborales.
Además, los jóvenes chinos enfrentan un mercado con proyección internacional. A medida que las empresas nacionales se expanden fuera del país, la demanda de profesionales con habilidades interculturales crece. La inversión extranjera directa totalizó 11.592,7 millones de yuanes (1.487.000 millones de euros), un aumento del 11,3 % respecto al año anterior.
Cambios de mentalidad
Este contexto crea opciones laborales para jóvenes interesados en el trabajo internacional y para quienes regresan tras estudiar en el extranjero. En 2024, más del 88 % de los estudiantes chinos que cursaron estudios fuera del país volvieron para trabajar, principalmente en tecnología digital o biotecnología. Sin embargo, aún existen retos significativos. Aunque el número de egresados universitarios sigue creciendo, muchas carreras no responden a las necesidades reales del mercado.
El fenómeno conocido como “Zhaoling” refleja la dificultad de empatar oferta y demanda: hay escasez de perfiles técnicos en empresas, mientras muchos titulados no encuentran empleo acorde. A ello se suma una brecha entre expectativas y realidades laborales.
La desigualdad de género persiste. Las mujeres ganan menos y enfrentan barreras para acceder a puestos de liderazgo, especialmente en ciertos sectores. Además, los avances tecnológicos, como la automatización y la IA, amenazan con eliminar empleos tradicionales. Se estima que entre 400 y 800 millones de personas en el mundo podrían verse obligadas a cambiar de profesión antes de 2030.
Para enfrentar estos desafíos, el gobierno chino ha lanzado reformas laborales y planes de apoyo a la innovación. En 2024, destinó 11.505 millones de yuanes (1.475.000 millones de euros) a ciencia y tecnología. Empresas que invierten en investigación reciben beneficios fiscales y subsidios. El fomento al emprendimiento es clave: se brindan créditos blandos, capacitación y espacios de trabajo accesibles. En 2024, se asignaron 7.990 millones de yuanes (mil millones de euros) a empresas emergentes.
Mirando hacia el futuro
El entorno laboral chino presenta tanto riesgos como oportunidades. La expansión digital y el auge de nuevas industrias generan empleos calificados en sectores como la energía limpia, la tecnología y el comercio electrónico. El contexto empresarial mejora, dando lugar a más emprendedores jóvenes.
Sin embargo, la capacidad de adaptación será determinante. Los jóvenes deberán seguir aprendiendo y explorar campos emergentes. Mientras el gobierno mantiene su enfoque en educación, igualdad e innovación, las empresas tienen un rol clave para crear entornos inclusivos y programas que integren nuevos talentos. Solo con este esfuerzo conjunto será posible garantizar un futuro sostenible para la juventud china.