El 12 de agosto de 2014, el sacerdote español Miguel Pajares falleció en España a causa del Ébola, una de las 11.305 víctimas del brote más extenso y complejo hasta esa fecha, con un total de 28.608 casos confirmados a nivel global. Cuatro días antes, la Organización Mundial de la Salud (OMS) había declarado una emergencia internacional debido al brote en África Occidental, afectando gravemente a Guinea Conakry, Liberia y Sierra Leona, donde se habían reportado más de mil casos y numerosos fallecimientos.
Repercusiones en España y el mundo
En España, el brote de Ébola llevó a un punto de inflexión en la salud pública. La repatriación de los misioneros afectados y el contagio de la enfermera Teresa Romero resaltaron la preparación y los recursos médicos necesarios para enfrentar infecciones altamente contagiosas.
Avances médicos, vacunas y tratamientos
El brote de 2014 fue un cambio de paradigma en el manejo de enfermedades emergentes fuera de las fronteras. Según María Velasco, secretaria de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica, el brote reveló la necesidad urgente de mejorar las capacidades de respuesta ante emergencias sanitarias. «El brote de Ébola fue un evento que mostró la vulnerabilidad del sistema y la importancia de estar preparados«, señala Beatriz Suárez, del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES).
El brote también impulsó el desarrollo de vacunas y tratamientos. La vacuna Ervebo, aprobada en 2019, ha demostrado ser eficaz para proteger contra el Ébola Zaire y ha reducido la mortalidad a la mitad. Sin embargo, la cepa de Ébola Sudán aún carece de una vacuna efectiva. «Aunque hemos avanzado en tratamientos y vacunas, la investigación continúa para entender las secuelas del virus en los supervivientes y prevenir futuros brotes«, concluye Rafael Delgado, investigador del Instituto de Investigación Hospital Universitario 12 de Octubre.
Una amenaza para la salud a nivel mundial
A pesar de los avances, el Ébola sigue siendo una amenaza significativa para la salud pública global. «Hoy en día, el virus puede viajar rápidamente entre continentes, lo que subraya la necesidad de una vigilancia constante«, advierten los expertos. La lección más importante del brote de 2014 es la necesidad de preparación y respuesta rápida para enfrentar futuras emergencias sanitarias.