Imagen: Diario Hércules I Jesús Barrera
BlackRock posee el 88% de las acciones de las quinientas mayores empresas estadounidenses y gestiona activos de tal magnitud que solo Estados Unidos y China podrían competir con esta compañía.
Cuando pensamos en grandes empresas tecnológicas, nombres como Apple o Facebook suelen venir a la mente. En el sector financiero, gigantes como el Banco de China, JP Morgan Chase o el Banco Santander son referencias inevitables. En el ámbito energético, nombres como Exxon Mobil, Chevron o la rusa Gazprom destacan. En el sector textil, Inditex de Amancio Ortega es una referencia clara. Sin embargo, existe una empresa tan poderosa que eclipsa a todas estas multinacionales, incluso si se unieran en una sola.
Ese titán empresarial es BlackRock, la mayor empresa de gestión de activos del mundo. Sus cifras no tienen comparación con ninguna otra entidad: la compañía estadounidense maneja activos por un valor de 10,5 billones de dólares americanos, equivalentes a 10,5 trillones según la medida europea.
Estos impresionantes números nos plantean dos preguntas principales: ¿cómo llegó esta compañía a la posición que ocupa hoy en día y cómo es posible que, a pesar de manejar cifras tan asombrosas, muy pocas personas conozcan su existencia?
Creación, crecimiento y desarrollo de BlackRock
Inició su camino a finales de los años ochenta. En 1988, Robert Kapito y Larry Fink unieron fuerzas para crear lo que se convertiría en el mayor gigante de la gestión de inversiones del mundo. Inicialmente, la empresa operaba solo en el mercado nacional, pero rápidamente comenzó su expansión global.
Durante la década de los noventa, amplió sus operaciones a diversas ciudades alrededor del mundo, consolidándose como una multinacional de gran calibre. Londres, Sídney, Hong Kong, Frankfurt y Dubái se convirtieron en colaboradores clave. En la década de los 2000, nuevas ciudades como San Francisco, París, Bombay, Madrid y Sao Paulo se sumaron a esta creciente red.
En las últimas décadas, la compañía ha continuado su expansión a gran escala, posicionándose como la empresa que más dinero gestiona a nivel mundial. Larry Fink, su CEO, ha sido nombrado por la revista Fortune como uno de los mejores líderes del mundo durante catorce años consecutivos. Además, Fink es miembro del Consejo de Administración de la Universidad de Nueva York y del Foro Económico Mundial. También es copresidente del NYU Langone Medical Center, miembro del Consejo Asesor de la Escuela de Economía y Gestión de la Universidad de Tsinghua en Pekín, y del Comité Ejecutivo de Partnership for New York City.
Su influencia se extiende por todo el mundo y abarca diversos sectores. Su relevancia es tal que el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, nombró a Brian Deese, un alto directivo de la empresa, director del Consejo Económico Nacional. Deese, quien ya había sido asesor en la Casa Blanca durante el mandato de Barack Obama, se incorporó a BlackRock como máximo responsable de inversiones sostenibles, cargo que sigue desempeñando.
En 2020, en medio de la recesión provocada por la pandemia, BlackRock fue contratada por el gobierno estadounidense para gestionar inversiones y protegerlas de la crisis económica. La Reserva Federal adquirió los servicios del gigante financiero, permitiendo a la empresa aumentar sus beneficios.
Estos hechos evidencian la vasta capacidad de control y gestión financiera del gigante financiero a nivel global. Sus principales líderes no solo gestionan los fondos de inversión más importantes del mundo, sino que también ocupan puestos influyentes en foros económicos, consejos de administración, universidades, complejos médicos y entidades financieras privadas.
Un control absoluto de las cúpulas de poder
Anteriormente destacamos a algunas de las grandes empresas tecnológicas, energéticas y textiles que controlan el mundo, como Apple, ExxonMobil e Inditex. Sin embargo, pocos imaginan que BlackRock, una empresa estadounidense, controla muchas de estas compañías.
Para dar algunos ejemplos relevantes, posee la mayoría de las acciones de gigantes como Microsoft, Amazon, Apple, Coca-Cola, Twitter, PepsiCo, Ferrari, Bank of America, JP Morgan, Pfizer, McDonald’s y Uber. También es el segundo mayor accionista de Facebook, solo superado por su fundador, Mark Zuckerberg.
Esta información puede sorprender a muchos, pero las revelaciones apenas comienzan. La multinacional controla aproximadamente el 10% de la economía mundial, recordando la ficticia pero omnipresente Corporación Umbrella de la saga de videojuegos Resident Evil.
Aunque calificar a BlackRock de «malvada» puede parecer exagerado, la compañía ha sido acusada en varias ocasiones de restringir la libre competencia y dominar enteramente muchos nichos de mercado. Estas acusaciones no son infundadas; además de gestionar enormes fondos de inversión e influir en numerosos sectores económicos, BlackRock es experta en controlar las cúpulas de poder de diferentes empresas.
Una estrategia clave para mantener este control es la contratación de altos cargos financieros. Entre sus filas cuenta con ex directores del Banco Central de Suiza, ex ministros de Hacienda del Reino Unido y ex vicepresidentes de la Reserva Federal de Estados Unidos.
Aquellos menos versados en el mundo financiero podrían pensar que hay áreas que escapan al poder de esta compañía, pero están equivocados. BlackRock también tiene una fuerte influencia en los principales medios de comunicación de Estados Unidos. Posee el 18% de las acciones de Fox News, el 16% de CBS, el 13% de Comcast y hasta el 12% de Disney. Su poder de persuasión no se limita al ámbito nacional; en España, por ejemplo, tiene acciones en grupos como Atresmedia y el Grupo Prisa.
Las sorpresas continúan en el sector energético, pues no solo está involucrada con compañías como ExxonMobil o Gazprom, sino que es la mayor inversora en plantas de carbón, con inversiones que emiten un total de 9,5 gigatoneladas de CO2. Además, gestiona tres mil millones de barriles de petróleo, lo que le supone un total de 87 mil millones de dólares en energía no renovable.
Con este panorama, queda claro que no solo es un titán de las inversiones, sino una entidad con una influencia y control que abarcan múltiples sectores a nivel global.
El poder y enriquecimiento a través de los “unicornios”
La riqueza de BlackRock no solo se debe a su vasta cartera de inversiones tradicionales, sino también a su apoyo a los llamados «unicornios». Un unicornio es una startup cuya capitalización bursátil supera los mil millones de dólares.
El rápido aumento de valor de estas nuevas empresas atrae a accionistas en busca de inversiones seguras que prometan grandes ganancias sin un alto riesgo. Estas empresas no solo logran crecer rápidamente, sino que también tienden a mantenerse en la cima, ofreciendo la confianza que los inversores necesitan para maximizar sus beneficios futuros.
A estas compañías se les llama unicornios debido a su rareza y a la casi mágica combinación de crecimiento explosivo y sostenibilidad a largo plazo. El término fue acuñado en 2013 por la inversora Aileen Lee en su artículo «Welcome to the Unicorn Club: Learning from Billion-Dollar Startups». Lee consideró nombres como «Home Run» o «Mega Hit», pero finalmente eligió «unicornio» para destacar la dificultad de encontrar este tipo de empresas.
BlackRock es una de las corporaciones con más éxito en identificar y apoyar unicornios, lo que ha fortalecido su riqueza y capacidad de inversión. Ha estado presente en el nacimiento de empresas revolucionarias como Uber, Dropbox y Coupang. Estas compañías transformaron sus respectivos mercados, y BlackRock se aseguró de adquirir la mayor cantidad posible de sus acciones.
En total, ha obtenido grandes beneficios de hasta quince corporaciones que, en su momento, fueron unicornios. Esta habilidad para gestionar inversiones en empresas emergentes ha ampliado su poder e influencia global, una influencia que sigue creciendo con cada segundo que pasa.
Principales accionistas institucionales
Accionista | Acciones | Fecha de notificación | % fuera | Valor |
Vanguard Group Inc | 13.182.262 | 30 mar 2024 | 8,87% | 10.151.791.595 |
Blackrock Inc. | 9.604.250 | 30 mar 2024 | 6,46% | 7.396.328.826 |
State Street Corporation | 5.928.745 | 30 mar 2024 | 3,99% | 4.565.785.725 |
Bank of America Corporation | 5.196.941 | 30 mar 2024 | 3,50% | 4.002.216.157 |
Temasek Holdings (Private) Limited | 5.115.491 | 30 mar 2024 | 3,44% | 3.939.490.699 |
Capital Research Global Investors | 4.354.236 | 30 mar 2024 | 2,93% | 3.353.240.622 |
Morgan Stanley | 4.239.616 | 30 mar 2024 | 2,85% | 3.264.970.615 |
Charles Schwab Investment Management, Inc. | 3.631.343 | 30 mar 2024 | 2,44% | 2.796.533.504 |
Capital World Investors | 3.521.004 | 30 mar 2024 | 2,37% | 2.711.560.338 |
Geode Capital Management, LLC | 2.740.670 | 30 mar 2024 | 1,84% | 2.110.617.333 |
Principales accionistas de fondos de inversión
Accionista | Acciones | Fecha de notificación | % fuera | Valor |
Vanguard Total Stock Market Index Fund | 4.439.931 | 30 mar 2024 | 2,99% | 3.419.235.197 |
Vanguard 500 Index Fund | 3.524.079 | 30 mar 2024 | 2,37% | 2.713.928.427 |
Washington Mutual Investors Fund | 2.952.964 | 30 mar 2024 | 1,99% | 2.274.107.062 |
Schwab Strategic Tr-Schwab U.S. Dividend Equity ETF | 2.236.114 | 28 feb 2024 | 1,50% | 1.722.053.719 |
Fidelity 500 Index Fund | 1.693.651 | 29 abr 2024 | 1,14% | 1.304.297.546 |
SPDR S&P 500 ETF Trust | 1.653.433 | 29 abr 2024 | 1,11% | 1.273.325.263 |
iShares Core S&P 500 ETF | 1.440.084 | 29 abr 2024 | 0,97% | 1.109.023.068 |
Vanguard Index-Value Index Fund | 1.174.033 | 30 mar 2024 | 0,79% | 904.134.536 |
JP Morgan Equity Income Fund | 1.133.196 | 30 mar 2024 | 0,76% | 872.685.554 |
Income Fund of America Inc | 1.082.053 | 30 mar 2024 | 0,73% | 833.299.819 |
Posición de BlackRock en España
El grupo inversor ha expandido significativamente sus participaciones en empresas del IBEX 35, acumulando casi 25.000 millones de euros en acciones de las principales compañías españolas. Esta expansión se consolidó recientemente con la adquisición del fondo de infraestructuras Global Infrastructure Partners (GIP) por aproximadamente 12.500 millones de dólares (11.415 millones de euros). GIP poseía un 20% de Naturgy, una empresa estratégica para el Gobierno español.
La compra ha suscitado preocupaciones en el Ejecutivo español. Según la normativa, cualquier fondo o inversor que adquiera el 10% de una empresa estratégica debe notificarlo al Estado para su aprobación. BlackRock, con esta adquisición, se ha convertido en el principal accionista de Naturgy, lo que ha llevado a Moncloa a exigir que la operación pase por su veredicto. Carlos Martín, portavoz de Economía y Hacienda de Sumar, afirmó en la red social X (anteriormente Twitter): “El Gobierno debe impedir la toma de control del 20% de Naturgy por BlackRock”.
En respuesta, BlackRock emitió un comunicado oponiéndose a la intervención del Gobierno, argumentando que la movilización de capital a través de asociaciones público-privadas es crucial para financiar infraestructuras, especialmente en un entorno de tipos de interés elevados. Según la firma, tales asociaciones son necesarias para mejorar los retornos sobre el capital invertido o recaudar capital para reinvertir en negocios principales.
Inversiones diversificadas del fondo de inversión
Además de Naturgy, tiene una fuerte presencia en el sector energético español, con casi el 50% de su inversión en el IBEX 35 dedicada a este sector. Es el mayor accionista de Enagás (5,42%), Iberdrola (5,42%), y posee significativas participaciones en Repsol (5,5%), Redeia (5%) y Solaria.
Telefónica es otra empresa estratégica en la que tiene una participación del 5%, valorada en aproximadamente 890 millones de euros. El Gobierno de Pedro Sánchez ha mostrado un creciente interés en esta compañía debido a su papel crucial en el acceso a redes y en la ciberseguridad. Amadeus y Cellnex también forman parte de las inversiones tecnológicas, con participaciones del 5,2% y 5% respectivamente.
BlackRock es un actor dominante en el sector bancario español, siendo el primer accionista en BBVA (5,9%) y Santander (5,4%). Además, posee participaciones en CaixaBank (4,99%) y Sabadell (3,96%). En otros sectores, su mayor posición es en Fluidra, donde mantiene un 8% del capital, y en el sector inmobiliario, ostenta un 3,9% de Colonial.
Su presencia en Europa y puertas giratorias
En 2011, el Banco Central de Irlanda decidió recurrir, sin licitación, a BlackRock Solutions, la división de asesoría de fondos, para evaluar el estado de los seis principales bancos irlandeses. Tres de estas entidades habían sido recientemente rescatadas por el Estado para evitar la quiebra. Con una deuda abrumadora, Irlanda tuvo que solicitar un plan de rescate de 85 millones de euros a Europa y al FMI, y quería someterse a pruebas de estrés para comprobar la solidez de su panorama bancario ante posibles futuros problemas.
Más tarde, ante diputados irlandeses reticentes, el ministro de Finanzas de la época explicó que había recurrido a la compañía presionado por las instituciones internacionales que habían prestado dinero a Irlanda, es decir, la famosa troika de la crisis del euro (BCE, la UE y el FMI). Fue una “misión gigantesca”, reconoció Larry Fink, “la mayor que nos ha confiado nunca un Gobierno”.
BlackRock Solutions ganó nuevas referencias con este trabajo. En 2012 y 2013, sus servicios fueron nuevamente requeridos para evaluar las necesidades de capital de los bancos irlandeses. El 4 de noviembre de 2013, BlackRock compró el 3% de uno de estos bancos, el Bank of Ireland, y señaló que tenía 162.000 millones de euros en activos domiciliados en Irlanda.
En Grecia, también bajo la presión de la Troika, el Banco Central de Grecia recurrió a BlackRock Solutions para analizar las carteras de préstamos de 18 bancos en 2011 y, posteriormente, de los cuatro más grandes en 2013. BlackRock operó bajo un nombre falso, Solar, alquilando oficinas modestas en un barrio residencial de Atenas y empleando escoltas armados para sus empleados.
En España, cuatro de los principales promotores inmobiliarios tienen a BlackRock entre sus inversores, al igual que los seis principales bancos. En mayo de 2012, el Gobierno acudió a la compañía para evaluar los créditos dudosos y los activos inmobiliarios de sus entidades de crédito y sus necesidades de recapitalización. Diputados españoles vieron un posible conflicto de intereses, lo que llevó al entonces ministro Luis de Guindos a optar por el gabinete alemán Roland Berger.
Algo similar ocurrió en los Países Bajos cuando, en diciembre de 2012, el banco central recurrió a BlackRock Solutions para analizar su cartera de préstamos del gigante bancario nacional ING y, en julio de 2013, el patrimonio inmobiliario de todos los bancos neerlandeses. Para entonces, BlackRock ya poseía más del 5% de ING a través de una veintena de filiales. A preguntas de un diputado, el ministro de Finanzas Jeroen Dijsselbloem –entonces también presidente del Eurogrupo– defendió la decisión aludiendo a la existencia de una muralla infranqueable entre las actividades de asesoría y gestión de fondos en BlackRock. Irónicamente, para evitar conflictos de intereses, el banco central holandés había decidido en 2007 confiar la gestión del fondo de pensiones de sus empleados a… BlackRock.
Las dudosas intenciones de la compañía en la Unión Europea
Para ampliar su influencia en Europa, BlackRock se rodeó de personalidades conocidas. George Osborne, ministro británico de Finanzas de 2010 a 2016 con David Cameron, dirigía la redacción del diario The Evening Standard y asistía una vez por semana a BlackRock como asesor, con una remuneración anual de 650.000 libras (739.600 euros).
En sus últimos dos años en el Ministerio, Osborne se reunió cinco veces con responsables de BlackRock mientras reformaba las pensiones, permitiendo a los gestores de activos acceder a un mercado anual de 25.000 millones de libras. Rupert Harrison, su jefe de gabinete, también se unió al fondo. “Habida cuenta de su experiencia en la creación de la reciente reforma de las pensiones en Reino Unido, goza de una posición única para ayudarnos a desarrollar nuestra oferta a los jubilados”, afirmó BlackRock en un comunicado.
En Alemania, Friedrich Merz, exjefe de la CDU en el Parlamento, el partido de Angela Merkel, gestionaba la delegación local de BlackRock. En Suiza, Philippe Hildebrand, exdirector del banco central suizo, también fue contratado por la empresa. En Grecia, BlackRock optó por Paschalis Bouchoris, exresponsable de un programa gubernamental de privatización.
En Francia, el presidente local era Jean-Francois Cirelli, exasesor económico de Jacques Chirac y director adjunto del gabinete de Jean-Pierre Raffarin. Cirelli dirigió Gaz de France desde 2004, llevando al grupo a la privatización. En las últimas elecciones presidenciales, se unió al comité de campaña de Alain Juppé, al igual que el actual primer ministro Édouard Philippe.
En Bruselas, se estableció en 2010 en la Plaza de Meeûs. Según el registro de transparencia de la UE, declaró haber gastado en 2012 unos 150.000 euros en actividades en Bruselas. En 2014, esta cifra se multiplicó por diez.
Entre noviembre de 2014 y marzo de 2018, BlackRock solicitó y obtuvo 33 reuniones con miembros de la Comisión Europea. Según una fuente del Parlamento Europeo, BlackRock organizaba también “jornadas informativas” destinadas a asistentes parlamentarios.