La cumbre del G7 celebrada recientemente expuso de manera clara la creciente tensión entre la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, y el presidente francés, Emmanuel Macron. Esta tensión, previamente latente, se hizo evidente durante la cena de líderes en el histórico Castello Svevo de Bari. Al llegar, Macron saludó afectuosamente al presidente italiano Sergio Mattarella y a su hija, pero mostró una frialdad notable al saludar a Meloni, quien respondió con un saludo tenso.
La disputa entre Meloni y Macron no es nueva. Ambos líderes se encuentran en una pugna constante por la gobernanza de la Unión Europea (UE), representando perspectivas y objetivos marcadamente divergentes. Tras las recientes elecciones europeas, Meloni, líder de Hermanos de Italia, salió fortalecida, mientras que Macron enfrentó una dura derrota ante la ultraderecha local, lo que lo llevó a convocar elecciones legislativas anticipadas.
El conflicto se intensificó durante la cumbre del G7 debido a la inclusión del derecho al aborto en la declaración final. Meloni, conocida por su postura antiaborto y con el objetivo de no incomodar al papa Francisco, se opuso a esta inclusión. Finalmente, su planteo prevaleció, a pesar de la resistencia de Estados Unidos, Francia, Canadá y la Unión Europea, que querían mantener la redacción de la cumbre del G7 de Hiroshima de 2023, la cual garantizaba “el acceso al aborto seguro y legal y a los servicios de atención postaborto”.
Intensos debates
Un alto funcionario de la UE explicó que no fue posible encontrar un acuerdo, pero que se mantuvo la promoción de los derechos sexuales y reproductivos en el texto. Las discusiones sobre este tema fueron particularmente intensas entre Macron y Meloni. Macron expresó su descontento en una conferencia de prensa, destacando que Francia ha integrado el derecho al aborto en su Constitución y que no comparte la misma sensibilidad que Italia en este tema.
Meloni respondió acusando a Macron de hacer campaña política en el contexto del G7, justo antes de las elecciones legislativas anticipadas en Francia, programadas para el 30 de junio. Según Meloni, no hay razón para discutir cuestiones ya acordadas y es un error profundo utilizar un foro como el G7 para hacer campaña en tiempos difíciles.
Este incidente diplomático no es favorable para Meloni, quien busca fortalecer su posición en las negociaciones de los altos cargos de la Comisión y el Consejo Europeo. Además, Meloni espera que la extrema derecha de Marine Le Pen, tras su éxito en las elecciones europeas, pueda ingresar al gobierno de Macron después de las elecciones legislativas, debilitando aún más al presidente francés.