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La investigación interna de los Mossos d’Esquadra sobre el fallido operativo para detener a Carles Puigdemont continúa, y ahora las sospechas se enfocan en el centro de mando de la policía autonómica. Fuentes internas sugieren que es «más que probable» que el expresidente de la Generalitat contara con un topo dentro de las estructuras del cuerpo de seguridad catalana, específicamente en el equipo encargado de planificar el dispositivo de control para su captura durante su estancia en Barcelona el pasado jueves.
Puigdemont y la fuga planificada
Carles Puigdemont había anunciado previamente su intención de asistir a la sesión de investidura de Salvador Illa, lo que puso en alerta a las autoridades. Según fuentes cercanas al caso, el equipo de Puigdemont podría haber recibido información privilegiada sobre los planes operativos, lo que le permitió diseñar una estrategia de fuga efectiva. No se trata de los agentes ya identificados y detenidos por colaborar en la fuga, sino de altos cargos que conocían en detalle los dispositivos de seguridad previstos.
El líder de Junts habría sido informado de que el foco principal de la vigilancia estaba en su posible entrada al Parlament, lo que le permitió elegir un punto de escape menos vigilado. Así, tras su discurso en la zona del Arco del Triunfo, donde sólo había siete agentes de paisano, Puigdemont logró escapar sin ser detenido.
La supuesta Infiltración en los Mossos
La infiltración de personas cercanas a Puigdemont en los Mossos «viene de largo», reconocen desde el cuerpo policial. Este «grupo» seguiría activo, y su intervención habría sido clave para que el plan de huida del expresidente catalán funcionara. El comisario jefe, Eduard Sallent, admitió la existencia de colaboradores dentro del cuerpo, aunque no especificó en qué nivel jerárquico. Fuentes internas sostienen que la infiltración podría haber alcanzado incluso a la cúpula de la policía autonómica.
El acto bajo el Arco del Triunfo y la fuga
El expresidente apareció en un acto convocado por Junts bajo el Arco del Triunfo, a escasa distancia del Parlament, acompañado por una multitud y autoridades catalanas. Según relató Sallent, los cuerpos de seguridad sabían que en ese momento no podían actuar contra el prófugo, y Puigdemont también lo sabía. Tras su discurso de casi seis minutos, el expresidente abandonó rápidamente el escenario, escoltado por su abogado y Jordi Turull, aprovechando la vulnerabilidad del operativo en ese momento.
La zona detrás del escenario estaba vallada y controlada, pero la multitud y la situación hacían difícil intervenir. Los Mossos esperaban detener a Puigdemont en el último control, pero nunca llegó. Su rápida fuga desencadenó una infructuosa persecución y un operativo posterior, conocido como Operación Jaula, para cerrar las salidas de la ciudad, sin éxito.