El Ministro de Cultura de Italia, Gennaro Sangiuliano, ha presentado su dimisión irrevocable. La dimisión, anunciada el viernes pasado, sigue a un escándalo relacionado con su relación afectiva con la influencer Maria Rosaria Boccia, quien ha alegado que desempeñó tareas de asesora en el ministerio.
En una carta dirigida a la primera ministra Meloni, Sangiuliano expresó su agradecimiento por el apoyo recibido y reiteró que su decisión de dimitir era definitiva. «Mi honor está en juego y considero importante poder actuar para demostrar mi absoluta transparencia y corrección, sin involucrar al Gobierno», señaló en la misiva. El exministro también lamentó el odio que ha recibido de ciertos medios de comunicación y enfatizó su intención de tomar medidas legales contra quienes hayan difundido información falsa sobre él.
El Presidente de Italia, Sergio Mattarella, aceptó la dimisión de Sangiuliano y se reunió con Meloni para discutir la designación de un nuevo ministro. La primera ministra propuso a Alessandro Giuli, un conocido periodista y personaje televisivo, como su reemplazo. Giuli asumirá el cargo a las 19:00 horas del mismo día.
Sangiuliano, por su parte, pidió disculpas en la televisión pública a su esposa y a la primera ministra, revelando entre lágrimas su aventura con Boccia. Además, anunció su intención de llevar el caso ante la Justicia y tuvo una reunión con sus abogados para evaluar la presentación de una declaración ante la Fiscalía.
El exministro también reconoció que sus decisiones políticas, como la revisión del sistema de aportaciones al cine, le habían ganado enemigos. Aseguró que investigará a fondo el asunto para verificar si intereses externos han influido en la publicación de noticias falsas en su contra y tomará medidas contra los responsables.
Meloni, por su parte, agradeció a Sangiuliano por su trabajo «extraordinario» y destacó su integridad y los logros alcanzados en la reactivación y valorización del patrimonio cultural italiano. La primera ministra aseguró que el impulso a la cultura nacional continuará a pesar de la controversia.
La oposición, sin embargo, ha criticado duramente la gestión del caso, calificándolo de «duro golpe a las instituciones». La controversia se intensificó tras la entrevista a Sangiuliano en el informativo de máxima audiencia de la RAI, en la que el ministro reveló que su dimisión había sido rechazada previamente por Meloni.
Maria Rosaria Boccia, la influencer en el centro del escándalo, ha acusado a Meloni de «comportamientos sexistas» por defender a Sangiuliano y ha insinuado que posee conversaciones privadas de políticos de su Gobierno. Boccia, quien alegó que fue nombrada asesora para grandes eventos, sugirió que su posible nombramiento fue bloqueado por Meloni. Según Boccia, el ministro Sangiuliano le aseguró que no tuvo acceso a documentos confidenciales ni se gastó dinero público en su relación.