Me van a permitir toda una autocita, que es una de las cosas que nunca se deberían de hacer a la hora de hablar de algo en el que uno acaba siendo noticia, pero resulta inevitable cuando a uno lo mentan y le convierten en eso que los usuarios de las Corralas 2.0 llaman «Trending Topic». Vamos, ¡que te has convertido en el comadreo principal de chismosos y correveidiles en las ubicuas redes sociales de marras!
La defensa de España contra la leyenda negra en RTVE
Y todo esto a cuenta de una intervención de este servidor que tienen el detalle de leerme en este El Redil de Gerión cada semana, en el programa de La Noche en 24 horas, de RTVE, con Xabier Fortes, con relación al incidente diplomático que México, o más bien su nueva y electa presidenta, ha montado contra España. O contra el Rey, que es su Jefe del Estado, pasando de invitarle a su toma de posesión toda enfadada, ella que proviene de familia lituana (sus abuelos paternos) y búlgara (sus abuelos maternos) por lo que parece que nuestros antepasados les hicieron a los que ella va a gobernar ahora. ¡Porque desde luego a los suyos no parece!
Ya saben de sobra: todo eso de la Conquista de México, el villano de Cortés, y una España genocida que andaba matando aborígenes americanos como si no hubiera un mañana. El caso es que, algo coñón yo, no se lo voy a negar, como el tema era el que era, me presenté tal que de la guisa enfundado en una camiseta que rememoraba a Hernán Cortés. Una de las tantas que rememoran a personajes de la Historia de España que les ha dado por confeccionar y diseñar una pareja de emprendedores absolutamente locos, bajo el sello de Legado Hispánico, hartos de que la gente fuera con remeras de todo en inglés y francés, dejando de lado nuestra rica y variada Historia.
La camiseta que encendió a las hordas progres de X
Pues caso es que se montó la mundial. Ya que lo que fue un guiño para provocar el debate, se acabó convirtiendo en que a este paso el incidente diplomático lo ha provocado, o avivado, o hasta dado la puntilla a la pobre diplomacia española, este humilde plumilla. Como dije en directo, si estamos hablando de México, no tenemos más remedio que hablar de Hernán Cortés, y considerarlo, velis nolis, como su padre. Pues México lo que se dice México, como que existía más bien poco tirando a nada, antes de la llegada del extremeño y de la fundación de esa Nueva España que acabaría con el tiempo convertida en el México actual.
Más pequeño en extensión por el robo de un tercio de su territorio por parte de Estados Unidos. Pero no parece que estos tengan que pedirle perdón a la novomexicana Claudia Sheinbaum, curiosamente. Me dijeron: «¡un padre que no era un santo!». Bueno, en una época dura y cruel era difícil serlo. Y las conquistas sin duda que fueron crueles y sanguinarias. Como lo fueron en todo el mundo. Lo que no empecé que de todo aquello surgieran sociedades y naciones como lo es la española, donde por acá han venido cartagineses, romanos, godos, árabes y el sursuncorda, y tras sangre y fuego, pues tan ricamente que estamos. Y no andamos pidiendo explicaciones a Italia, a Alemania o a los que correspondan de los hijos de Tariq.
La nueva categoría por defender la historia de España: «Fascista Imperial»
Al final el debate se centró en la gravísima ofensa hacia México por recordarles que, quien reposa de manera poco más o menos que escondida, en la mismísima catedral de la capital de México, es una figura sobre la que debatir, sin presentimos, y dejar de dar la brasa a los herederos de quienes nos quedamos sin cruzar el charco, herederos de unos abuelos y padres que no conquistaron más que el día a día durante siglos, para llegar a donde somos actualmente, en esta nuestra España donde mora tanto acomplejado por un pasado que se vuelve presente sólo por cuestiones políticas.
Porque, créanme, a todos los que se mesaron los cabellos y me pusieron como chupa de dómine por mi gravísima ofensa, les importa la Historia tanto como a mí las derivadas de 3º de BUP que me llevaron a maltraer. Nada. Y se lanzan a comentar que, y este comentario se llevó la palma, mi intervención fue nada menos que «fascismo imperial» (sic). ¡Con un par, oigan! Y da igual que se dijeran datos, o se recordaran a todas aquellas ciudades y pueblos, tan «mexicanos» como el pueblo mexica, ese imperio azteca como se le llamó, que tenían de demócratas y de defensores de los derechos humanos, lo que yo de cantinera bávara.
Pero para esta gente los de Tlaxcala, Cempoala, Quiahuiztlan, Texcoco, Chalco, Xochimilco, Azcapotzalco y Mixquic…, todos aliados de Cortés, debían de ser considerados traidores a este México también acomplejado con sus padres. Como con doña Marina, Malinalli, Malintzin, la esclava nahua nacida en lo que hoy sería el Estado mexicano de Veracruz, que no dejaría de ser la madre del México por venir. Pero esa es otra historia… ¡y tal vez también merecería otra camiseta!