“Que España pida perdón”. Esta petición, o, más bien, exigencia, se ha convertido en un habitual en la política hispanoamericana, y el nacionalismo mexicano es uno de los más antiespañoles del continente. No teníamos suficiente con Andrés Manuel López Obrador, que ha aparecido su sucesora, Claudia Sheinbaum, que, como ven, tiene un apellido completamente azteca.
El recuerdo de los agravios producidos hace 500 años por parte de la Corona de Castilla han sido un tema muy recurrente, una mezcla extraña entre indigenismo, nacionalismo, leyenda negra y, sobre todo, ignorancia, mucha ignorancia. En lo personal este tema me agota mucho, pues parece mentira que en pleno 2024 los historiadores tengamos que volver a explicar historia básica y también insuflar ciertas dosis de sentido común. Pero, vayamos por partes, se exige a España, y, en concreto, a Felipe VI que pida perdón por lo que hicieron unos cuantos extremeños hace 500 años, que devolvamos el oro (en realidad fue, en su gran mayoría, plata) y que prácticamente nos postremos ante ellos.
Está bien, juguemos en su terreno, supongamos que todo eso es cierto, cometimos un genocidio espantoso, robamos oro y plata sin conocimiento y destruimos civilizaciones enteras. Primer apunte: ¿la responsabilidad es colectiva o individual? Los hechos los cometieron unos cuantos individuos, por lo que deberían ser sus antepasados los que pidieran perdón. Antepasados, por cierto, que en su gran mayoría se quedaron en México. En segundo lugar: ¿es uno responsable de los delitos que cometieron sus antepasados? ¿Soy responsable de un delito que cometió mi abuelo? ¿Y de lo que hizo Hernán Cortés? Creo que la respuesta es que no, y, si pensáramos lo contrario estaríamos defendiendo algo muy parecido a las Leyes de Núremberg del nacionalsocialismo.
Pero, aun así, imagínense que mañana Felipe VI emite un comunicado pidiendo perdón por la conquista, y devolvemos la plata que fue extraída del Potosí, aplicando la inflación incluso. ¿Y después qué? ¿Qué ocurrirá cuando Felipe VI pida perdón? ¿Subirá el PIB de México de manera instantánea? ¿Resucitarán los aztecas asesinados por Cortés? Aunque Felipe VI pida perdón por algo que no sucedió, los enormes problemas que tiene hoy día México no se van a solucionar. Una democracia cada vez menos democrática, con unos problemas migratorios, económicos y de seguridad enormes tiene asuntos muchísimo más importantes de los que preocuparse que lo que hicieran unos cuantos extremeños en la península del Yucatán hace 500 años.
Habría que preguntarle a Sheinbaum, por cierto, de procedencia lituano-búlgara, por qué no le exige perdón a Estados Unidos, que a mediados del S.XIX expropió el 40% del territorio mexicano en el Tratado de Guadalupe-Hidalgo. Mientras tanto, más les vale ponerse a trabajar en solucionar los enormes problemas que tiene México, además de leer algún libro serio de historia. Yo mismo estaría encantado de recomendarles buena bibliografía.
3 comentarios en “¿Perdón? Perdón para qué”
Me parece absolutamente bochornoso que personalices en «UNOS CUANTOS EXTREMEÑOS» los crímenes que se pudieran haber cometido. Al descubrimiento de América no fueron solamente extremeños sino de todos lados de España. Te exijo una rectificación y esta vez sí. Pide perdón a los extremeños.
Buenos días, señor Cortés
Entiendo que usted no entiende la ironía, creo que ya es hora, ya que tiene 539 años. Si usted cometió crímenes en la conquista le pido por favor que interponga una denuncia contra si mismo inmediatamente.
Pues entiende usted mal si entiende que no entiendo de ironía, aquí en su frase «Pero, vayamos por partes, se exige a España, y, en concreto, a Felipe VI que pida perdón por lo que hicieron unos cuantos extremeños hace 500 años» no hay ironía alguna, usted personaliza en extremeños la posible comisión de crímenes y puesto que no solo fueron extremeños a América (Colón era genovés, para su información) sino de todas partes de España, personalizar así en «unos cuantos extremeños» o es un error de bulto o una malintencionada manipulación histórica. No es difícil entender que tanto pudo cometer crímenes el viajero nacido en Extremadura como el nacido en Aragón, Madrid, vascos, catalanes, andaluces o castellanos en general. Mire a ver si el que no entiende el lenguaje directo es usted.