Imagen: Familias desplazadas por los ataques militares israelíes en Líbano se reúnen en una calle de Beirut, este martes, 1 de octubre. EFE/EPA/WAEL HAMZEH
La escalada militar israelí en Líbano ha causado más de mil muertos en poco más de una semana, en un país que lleva desde 2019 sumido en una profunda crisis socio-económica, con el 80% de sus habitantes viviendo en la pobreza. Ahora, los intensos bombardeos que se repiten día tras día en el sur de Beirut, en la zona fronteriza con Israel (sur) y en el valle de la Bekaa (este), han obligado a 1,2 millones de libaneses de sus seis millones de habitantes a abandonar sus hogares hacia otras partes del país.
Muchos son sirios que se encuentran acogidos desde hace años en Líbano, el Estado con el mayor número de refugiados per cápita del mundo. Los sirios son 1,5 millones y hay más de 200.000 palestinos. Según la Oficina de Coordinación Humanitaria de la ONU (OCHA), se han abierto casi 800 refugios temporales para los desplazados internos y 551 han alcanzado su capacidad máxima. La Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA) también ha abierto diez de sus instalaciones para acoger a los desplazados internos, entre los que hay palestinos afincados en Líbano y palestinos llegados desde Siria por el conflicto en ese país.
“Hoy pedimos urgentemente más apoyo para mejorar nuestros esfuerzos actuales para brindar asistencia básica a los civiles desplazados”, dijo el martes el primer ministro interino Najib Mikati en medio de una crisis de suministros, productos básicos e incluso colchones para las personas que han tenido que huir de sus casas.
Maliki describió recientemente la actual oleada de desplazamientos como la más grande “en toda la historia” del Líbano. En los últimos días cientos de familias han dormido al raso en las plazas del centro de Beirut mientras otras se dirigían hacia las montañas que rodean la ciudad con unas pocas pertenencias.
Las organizaciones internacionales llevan días alertando sobre las consecuencias desastrosas de la escalada militar, en un contexto de enormes necesidades de asistencia humanitaria ya antes del comienzo de esta última ofensiva israelí y de enormes escasez de recursos. Una situación a la que ha contribuido la inestabilidad política que vive el país, que ha motivado una reducción de la ayuda exterior y de las inversiones. Desde octubre de 2022, no ha sido posible elegir un nuevo jefe de Estado ni formar un gobierno.
130.000 refugiados acogidos en Líbano se concentra en la zona del valle de la Bekaa
Gran parte de los refugiados acogidos en Líbano se concentra en la zona del valle de la Bekaa, fronteriza con Siria, hacia donde han huido en los últimos días unos 130.000. De ellos, muchos –hasta 60.000, según la organización Save The Children– son niños. Y huyen hacia un lugar que tampoco es seguro.
Hace varios meses, las autoridades libanesas y sirias retomaron el proceso para el llamado regreso “voluntario” de los refugiados sirios a su país desde Líbano, que había suscitado muchas críticas y la preocupación de las organizaciones humanitarias por miedo a las represalias contra los retornados. Amnistía Internacional denunciaba en 2022 que las personas refugiadas no estaban “en situación de tomar una decisión libre e informada sobre su retorno” ya que en Líbano sufrían discriminación, persecución, restricciones para residir y trabajar, y no conocían la situación a la que regresaban en Siria.