En la madrugada de este sábado, un ataque aéreo israelí en el norte del Líbano ha dejado un saldo de cuatro muertos, entre ellos un destacado líder del brazo armado de Hamás, las Brigadas al-Qassam. El ataque, dirigido contra un edificio cercano al campamento de refugiados palestinos de Al Beddawi, ha intensificado aún más la ya frágil situación en la región.
Según informaciones del diario The Times of Israel, citando fuentes cercanas a Hamás, el líder asesinado ha sido identificado como Saeed Atallah. Además de Atallah, tres miembros de su familia también perdieron la vida en este ataque. El ataque se produce justo después de que el Ejército israelí emitiera una alerta instando a los residentes de los suburbios del sur de Beirut, conocidos como el Dahye, a evacuar la zona en previsión de nuevos ataques contra objetivos del grupo chií Hizbulá.
Los enfrentamientos no se limitan al norte del Líbano. Hizbulá ha informado que desde la noche del viernes, ha estado involucrado en combates con tropas israelíes en la zona fronteriza, especialmente en la aldea de Odaisseh. Aunque no se han divulgado detalles precisos sobre los resultados de estos enfrentamientos, la situación se ha vuelto cada vez más volátil.
El Ejército israelí, por su parte, afirmó haber realizado un golpe significativo contra “terroristas” en un centro de comando y control de Hamás ubicado en la escuela ‘Ahmad Kurd’, en el centro de la Franja de Gaza. Este ataque se llevó a cabo con la asistencia de inteligencia militar, y se considera un intento de debilitar la infraestructura operativa de Hamás en Gaza.
Desde que comenzó el conflicto, el impacto humanitario ha sido devastador. El Ministerio de Sanidad palestino, controlado por Hamás, reportó el viernes que al menos 41,802 palestinos han perdido la vida en Gaza desde el inicio de la guerra. Este número no incluye a los cadáveres que aún permanecen bajo los escombros, cuya cifra se estima en alrededor de 10,000.
