El paso de la DANA por Valencia la pasada semana tuvo como consecuencia que se desbordara el Barranco del Poyo, que cuenta con una extensión de 479 kilómetros cuadrados, que desde hace 30 años se considera una zona inundable de alto riesgo.
Debido a las fuertes lluvias, las cuales alcanzaron los 500 litros mm, el Barranco del Poyo llegó a registrar hasta 2.228,9 metros cúbicos por segundo, un caudal cuatro veces mayor al del río Ebro.
En 2001, el Gobierno de Aznar, consciente del peligro que podía suponer el descontrol del torrente del Barraco del Poyo, creó el Plan Hidrológico Nacional, que incluía la construcción de una presa en Cheste que evitara las riadas en hasta 16 ayuntamientos valencianos. Las zonas que quedaban protegidas del aumento del torrente gracias a la creación del plan de Aznar son muchas de las zonas que se han visto afectadas en la actualidad tras el paso de la DANA: Alaquàs, Aldaia, Catarroja, Cheste, Xirivella, Godelleta, Massanassa, Paiporta, Picanya, Ribarroja, Torrent, Quart de Poblet, Loriguilla, Mislata y Valencia.
Extracto publicado en la web del Gobierno de España en 2004 confirmando la creación de la prensa en Valencia
Con esta presa se pretendía regular el caudal procedente de la cuenca alta de los barrancos del Poyo, la Saleta y el Pozalet, creando un embalse con una capacidad para 8.000 litros. En 2004, se conoció la noticia de que iba a crear esta presa, pero el Gobierno socialista liderado por José Luis Zapatero descartó la construcción de esta presa. El motivo de esta decisión, según la Confederación Hidrológica del Júcar, era que la construcción de esta infraestructura tenía un coste económico muy elevado.
Zapatero prefirió no construir la presa debido a que tenía un coste elevado
El proyecto terminó por descartarse y con ello también la edificación de numerosas infraestructuras que tenían el objetivo de distribuir el agua en diferentes cuencas del país. Según se ha registrado, el caudal máximo del barranco estaba medido en 1.200 metros cúbicos, cifra muy inferior a los 1.800 que se registraron el pasado martes 29 de octubre.
Finalmente, la rambla terminó por desbordarse, alcanzando una velocidad conocida como ‘crecida relámpago’. La inmensa cantidad de agua terminó por arrasar las localidades de Paiporta, Picanya, Sedaví, Alfafar, Massanassa o Catarroja.
Esta decisión del Gobierno socialista de Zapatero que consideraba que la construcción de esta presa iba a suponer un gran gasto económico, es lo que a día de hoy ha permitido que suceda una de las mayores catástrofes en Valencia. Debido a que los 16 municipios que iban a proteger esta presa, son las que la semana pasada vivieron fuertes riadas y que se han cobrado la vida de más de doscientos vecinos.