Montaje de: Una Alienada
La campaña presidencial de 2024 en Estados Unidos ha revelado una realidad que muchos en Hollywood no anticipaban: la influencia de las celebridades sobre el voto popular parece haber alcanzado su punto más bajo. En su intento por impulsar la candidatura de Kamala Harris, figuras icónicas de la música y el cine se sumergieron de lleno en el ámbito político, aunque sus esfuerzos resultaron, en gran medida, ineficaces.
Desde el inicio, la maquinaria de Hollywood se movilizó para respaldar a Harris. Un ejemplo destacado fue el video viral protagonizado por el elenco de *Los Vengadores*, en el que actores como Mark Ruffalo, Scarlett Johansson, Robert Downey Jr. y Chris Evans —habituales en compartir sus opiniones políticas en X y otras plataformas— se unieron para promover el voto a favor de la candidata demócrata. Aunque este video alcanzó gran difusión en redes sociales, no logró inclinar la balanza del voto popular hacia Harris, poniendo en cuestión el verdadero alcance de la influencia mediática de Hollywood en la política actual.
Beyoncé, una artista conocida por usar su plataforma para abogar por la justicia social, también mostró su apoyo a Kamala Harris. Sin embargo, a pesar de su enorme base de seguidores, su influencia no logró traducirse en un incremento significativo de votos. Un caso similar fue el de Cardi B, cuyo estilo directo y franqueza le han ganado millones de seguidores, pero que, aparentemente, no consiguió convencer a su audiencia de que votar por Harris era la mejor opción. La situación se complicó aún más cuando, durante un discurso clave, Cardi B sufrió un incómodo momento al quedarse en blanco debido a un fallo del teleprompter, lo cual restó fuerza al mensaje de apoyo hacia la candidata demócrata.
Lady Gaga, en otros tiempos un referente del activismo, se unió a la campaña de Kamala Harris apareciendo en eventos y utilizando sus redes sociales para promover su candidatura. Sin embargo, su mensaje, centrado en la aceptación y el cambio social, no logró resonar con la mayoría del electorado en 2024. Jennifer López, quien posee un carisma único y una gran capacidad para atraer a una audiencia diversa, también intentó influir, centrándose especialmente en captar el voto latino. Sin embargo, su impacto fue limitado: hoy mismo se ha confirmado que la mayoría del voto latino se inclinó hacia Trump, lo que sugiere que los esfuerzos de López no tuvieron el efecto deseado en este importante bloque de votantes.
La Desconexión de Hollywood con la realidad
La falta de influencia de las celebridades en las elecciones de 2024 puede atribuirse a varios factores. En primer lugar, se percibe cada vez más que las estrellas de Hollywood y el establishment mediático están desconectados de las realidades cotidianas de muchos estadounidenses. En un país donde el voto rural y de clase trabajadora tiene un peso significativo, el mensaje «woke» o progresista de estas figuras parece no resonar. Las preocupaciones económicas, la seguridad fronteriza y el deseo de un liderazgo firme prevalecieron sobre los llamados a la justicia social y a políticas de identidad.
Además, en la era digital, los votantes tienen acceso a una variedad de fuentes de información que desafían, y a menudo contradicen, las narrativas progresistas promovidas por las celebridades. Las burbujas de filtro en redes sociales como X han creado ecosistemas donde los mensajes de Hollywood pueden ser fácilmente desestimados o contrarrestados por contenidos que refuerzan perspectivas más conservadoras o libertarias.
Por otro lado, Donald Trump contó con el respaldo de figuras que, aunque menos numerosas, ejercen una influencia considerable debido a su estatus y poder económico. Elon Musk, el magnate tecnológico, fue uno de los apoyos más destacados para Trump. No solo hizo donaciones significativas a la campaña republicana, sino que también utilizó su plataforma, X, para criticar a Harris y promover políticas más alineadas con un enfoque conservador: menos regulación gubernamental y una apuesta decidida por la innovación tecnológica y el emprendimiento.
El respaldo de Musk a Trump fue interpretado por muchos como una señal de que se buscaba un cambio hacia una administración más favorable a los negocios y el crecimiento económico, dejando en segundo plano las políticas identitarias. Además, Musk defendió abiertamente la libertad de expresión y denunció la corrupción en los medios, lo que resonó con un sector de la población que se siente desconfiado hacia la prensa y las élites culturales, y que encuentra en Musk una voz fuerte y crítica hacia el establishment mediático y político.
¿La Era de los ‘Woke’ llega a su fin?
La victoria de Trump en las elecciones de 2024, obtenida con un margen claro en el voto popular, pone de manifiesto una tendencia creciente: los votantes están buscando un liderazgo centrado en políticas pragmáticas que afecten directamente sus vidas, priorizando preocupaciones concretas sobre ideologías progresistas que, para muchos, no abordan los problemas inmediatos de la clase trabajadora.
Este resultado también ofrece una lección valiosa para Hollywood y los medios progresistas: el respaldo de las celebridades, aunque logra atraer atención mediática, no se traduce necesariamente en apoyo en las urnas. La influencia de las estrellas en la política estadounidense parece estar disminuyendo, y la era «woke» se enfrenta a límites evidentes en su capacidad de movilizar al electorado, especialmente cuando este muestra una clara preferencia por temas más tangibles y cercanos a su día a día.
Las elecciones de 2024 han dejado claro que el poder de Hollywood en la política tiene límites bien definidos. Aunque las celebridades pueden inspirar o entretener, a la hora de influir en el voto, son los problemas tangibles y las políticas concretas los que finalmente capturan el apoyo de los votantes.
Este resultado podría marcar un cambio en la percepción sobre la influencia de las celebridades y los medios en la política. Sugiere que los votantes están priorizando un liderazgo enfocado en soluciones prácticas y menos en la cultura pop o en causas sociales específicas. Las elecciones han demostrado que, aunque el glamour de Hollywood puede atraer la atención, son las propuestas y el sentido de liderazgo los que finalmente inclinan la balanza electoral. En una democracia donde cada voto cuenta, el mensaje del electorado estadounidense parece claro: han elegido un rumbo que se aleja del mainstream progresista hacia una gobernanza más conservadora y enfocada en resultados concretos.