La céntrica calle Ferraz de Madrid fue escenario de una intensa manifestación contra la política del presidente Pedro Sánchez. Lo que comenzó como una marcha organizada por la agrupación Núcleo Nacional, rápidamente se convirtió en un enfrentamiento directo entre manifestantes y la policía. Según la Delegación del Gobierno en la Comunidad de Madrid, cerca de dos mil personas se congregaron en la manifestación, que terminó con disturbios, cargas policiales y la detención de dos individuos.
La protesta arrancó en la emblemática plaza de España a las 20:30 horas, avanzando luego por calles significativas de Madrid como Princesa y Marqués de Urquijo, hasta acercarse a la sede del PSOE en Ferraz. Durante el recorrido, los manifestantes coreaban lemas nacionalistas y, en algunos casos, xenófobos, con consignas como “aquí están los nacionalistas” o “España cristiana y no musulmana”. La presencia de banderas con el escudo recortado, símbolo de protestas en 2023, y otras de la cruz de Borgoña, el aguilucho y el escudo de la Comunidad Valenciana reflejaba una mezcla de identidades y símbolos históricos.
Disturbios y cargas policiales
El ambiente de la manifestación alcanzó un punto álgido hacia las 22:30 horas, cuando un grupo de manifestantes intentó derribar las vallas que protegían el acceso a la sede socialista. La respuesta de la policía fue contundente: agentes de las Unidades de Intervención Policial procedieron a cargar contra los manifestantes. Algunos asistentes reaccionaron quemando contenedores y lanzando botellas contra los agentes, lo que intensificó la confrontación.
En medio de estos disturbios, la policía utilizó pelotas de goma para dispersar a los congregados, quienes se dispersaron hacia calles adyacentes como Marqués de Urquijo y Pintor Rosales. La situación dejó imágenes de tensión en el centro de Madrid, reflejando una creciente polarización en la sociedad y un ambiente de crispación que preocupa tanto a las autoridades como a la ciudadanía.
Desde el PSOE, la condena fue inmediata . Calificando la manifestación como una “marcha negra”, los portavoces del partido señalaron con preocupación los “gritos fascistas” y los “saludos nazis” que algunos manifestantes realizaron, describiéndolos como “neofranquistas encapuchados”.
Fuentes socialistas subrayaron que «el PSOE va a estar siempre haciendo frente con toda la fuerza de la democracia al avance fascista que se extiende por el mundo, y especialmente en nuestro país». En este sentido, instaron al Partido Popular y a su líder, Alberto Núñez Feijóo, a unirse en la condena de estos actos, enfatizando que no se trataba solo de un ataque a su partido, sino a los valores democráticos de la nación. La declaración final del PSOE fue: “Nadie puede presentarse ante los ciudadanos como demócrata mientras no condene estos hechos que nos llevan a un pasado negro de España”.