La reciente catástrofe que asoló l’Horta Sud de Valencia, dejando más de 200 víctimas mortales, ha desatado una tormenta política con repercusiones en España y la Unión Europea. Teresa Ribera, ministra de Transición Ecológica, está en el centro de las críticas por su gestión y enfrenta el veto del Partido Popular Europeo a su candidatura como vicepresidenta de la Comisión Europea.
El PPE, liderado por el alemán Manfred Weber, ha exigido que Ribera comparezca ante el Congreso de los Diputados para explicar su papel en la gestión de las inundaciones. Además, piden que se comprometa a dimitir si es imputada en relación con la tragedia. Estas condiciones han frenado su nombramiento y han abierto una brecha entre conservadores y socialdemócratas en Bruselas. En España, Pedro Sánchez defiende a Ribera como candidata, asegurando que no cederá a las presiones. Por otro lado, Alberto Núñez Feijóo, líder del PP, ha intensificado su influencia en Bruselas, logrando que el PPE cierre filas contra la ministra. Esta confrontación ha escalado al plano europeo, poniendo en riesgo la estabilidad del máximo órgano ejecutivo de la UE, cuya renovación debe completarse antes del 1 de diciembre.
Una tragedia que exige respuestas
La DANA que golpeó Valencia dejó no solo una estela de destrucción y pérdidas humanas, sino también serios cuestionamientos sobre la gestión de la infraestructura hidráulica en la región. Informes técnicos señalan que obras cruciales, como las del barranco del Poyo y La Saleta, no se ejecutaron a tiempo, aumentando el impacto del desastre. Este contexto ha puesto a Ribera en una situación delicada. El silencio de la ministra tras la tragedia ha alimentado las críticas de la oposición y de sectores sociales que exigen explicaciones. Desde el PSOE se acusa al PP de instrumentalizar el dolor de las víctimas, mientras los populares responsabilizan a Ribera y al Gobierno de Pedro Sánchez de una gestión insuficiente.
Ribera, conocida por impulsar la “Agenda Verde” en España, llegó al Ministerio de Transición Ecológica con una sólida trayectoria en la administración pública. Sin embargo, su gestión ha generado divisiones. Mientras algunos la ven como una defensora del cambio ecológico, sectores agrícolas, ganaderos y energéticos critican sus políticas por considerarlas alejadas de las necesidades reales de la población. La tragedia de Valencia ha eclipsado su carrera y su aspiración de llegar a un puesto clave en la Comisión Europea. Lo que debía ser un reconocimiento a su trayectoria ahora está bajo la sombra de la tragedia y el escrutinio político.