La declaración del empresario Víctor de Aldama en el caso Koldo ha desatado una tormenta política en España. El Partido Popular (PP), encabezado por Alberto Núñez Feijóo, ha aprovechado el impacto de estas revelaciones para agitar el Congreso hacia una moción de censura contra el Gobierno de Pedro Sánchez. La oposición asegura que las acusaciones de Aldama son «el principio del fin» para el Ejecutivo socialista.
La declaración de Víctor de Aldama
El empresario declaró voluntariamente ante el juez que investiga el caso Koldo, involucrando directamente al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a su esposa, Begoña Gómez, y a varios miembros del PSOE en presuntas tramas de corrupción y tráfico de influencias. Entre sus afirmaciones más impactantes, Aldama aseguró que entregó 15.000 euros a Santos Cerdán, secretario de Organización del PSOE, y que realizó pagos millonarios en comisiones al exministro José Luis Ábalos y al asesor Koldo García.
Según Aldama, estos pagos se habrían realizado en oficinas gubernamentales y otras ubicaciones cercanas a la sede del PSOE. Además, señaló reuniones con figuras clave como Teresa Ribera y Begoña Gómez, vinculadas a proyectos de la «España vaciada» y negocios relacionados con empresas públicas.
El PP carga contra el Ejecutivo: «Una nueva etapa para España»
En respuesta, Alberto Núñez Feijóo ha convocado a sus socios potenciales para debatir una moción de censura en el Congreso. “Este Gobierno apesta a corrupción y mentiras. Si alguno de los socios del PSOE quiere acabar con esto, el PP está preparado para abrir una nueva etapa en España”, afirmó Feijóo. Además, destacó que la declaración de Aldama es una confirmación de la «podredumbre» del actual Ejecutivo.
Por su parte, Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, exigió la dimisión «en bloque» del Gobierno, calificando las acusaciones como «un recital de delitos». En declaraciones desde Colmenar del Arroyo, Ayuso cuestionó el silencio del presidente y criticó la tolerancia del electorado hacia estos escándalos: «Si España aguanta esto, es que hemos perdido la cordura».
El PP también señala que Aldama podría haber ocultado más información con el objetivo de minimizar su pena. Sin embargo, creen que su testimonio deja claro que el caso Koldo es solo la punta del iceberg de una trama que involucra a la cúpula del PSOE y al propio presidente.
La frágil defensa del PSOE: «Todo es falso»
Desde el Gobierno, Pedro Sánchez ha rechazado categóricamente las acusaciones. «En lo que respecta a mí, al Gobierno y al PSOE es categóricamente falso», afirmó. Santos Cerdán también negó cualquier vínculo con Aldama, «Yo no he recibido dinero, el presidente del Gobierno no ha recibido dinero. Conmigo, ese señor no ha estado nunca. A mí no me conoce personalmente. Que geolocalicen los móviles a ver si alguna vez he estado con él. Este señor no tiene ninguna credibilidad, está intentando salvarse él porque se encuentra en prisión preventiva.»
El ministro de Política Territorial, Ángel Víctor Torres, y otros altos cargos del PSOE han desmentido haber recibido dinero o mantenido relaciones con el empresario. El portavoz socialista, Patxi López, acusó a Aldama de «mentir descaradamente» para desviar la atención de su situación judicial. Además, el PSOE ha anunciado que tomará acciones legales contra el empresario por calumnias.
El PP considera que la moción de censura es más que simbólica, buscando atraer el apoyo de partidos descontentos con el Gobierno. Vox, por su parte, ha pedido la imputación de Sánchez y varios ministros, mientras que otros partidos observan con cautela la evolución del caso.
Este episodio, combinado con las tensiones internas en el Ejecutivo, pone al Gobierno de Sánchez en su momento más crítico. La declaración de Aldama podría marcar un punto de inflexión en la política española y acelerar cambios significativos en la estructura de poder del país.