La economía rusa está mostrando signos «significativos» de desaceleración en algunos sectores mientras lidia con la disminución del crecimiento y la alta inflación, advirtió el viernes el jefe del mayor banquero del país. El Banco Central de Rusia ha llevado las tasas de interés a un máximo de dos décadas del 21% mientras Moscú lucha por frenar las consecuencias económicas de su invasión de Ucrania y un aluvión de sanciones occidentales.
Caída sin precedentes del rublo
La inflación está en más del doble del objetivo del 4% del gobierno, en parte debido al enorme gasto en la guerra, mientras que el valor del rublo se ha desplomado en los últimos meses. «Ahora estamos viendo señales significativas de desaceleración económica, particularmente en la construcción de viviendas y la inversión», dijo German Gref, presidente ejecutivo del banco estatal Sberbank, citado por agencias de noticias rusas en un foro de inversores.
Advirtió al Banco Central contra «sobrepasarse» en su política de tasas, lo que haría «más difícil volver a los rieles del crecimiento económico». El regulador decidirá sobre los costos de endeudamiento en una reunión el 20 de diciembre, y algunos analistas sugieren que el Banco podría subir las tasas de interés hasta el 23%.
Consecuencias de una economía de guerra exhausta
Rusia ha aumentado masivamente el gasto militar en su invasión de Ucrania, un gasto que ha ayudado a la economía a desafiar las predicciones de una recesión prolongada, pero que también ha provocado una profunda escasez de mano de obra y una inflación persistente.
La gobernadora del Banco Central, Elvira Nabiullina, ha calificado los tipos de interés como un «poderoso instrumento para la lucha contra la inflación». Pero los economistas dicen que debido a que la inflación está siendo impulsada por el gasto estatal récord en la guerra en Ucrania, los costos de endeudamiento más altos tienen menos impacto en frenar los aumentos de precios que en una economía más basada en el mercado.