Poder, ego y artistas
Benvenuto Cellini fue un artista nacido en la Florencia del 1500 que llegaría a desempeñar un papel fundamental en el Renacimiento y en el Manierismo. En una época de cambios religiosos y de aumento del poder Habsburgo, a la par que era patente una lucha de egos entre los señores de la península itálica, el Papado y el emperador Carlos V, las grandes familias patrocinaban a los mejores artistas con el fin de autorrepresentarse y mostrar así su peso en el conjunto de la sociedad.
Ejemplo de ello es el Gran Cosme Primero de Médici, máximo exponente de un ambiente cortesano que se vería reflejado en arquitecturas tales como el Palazzo Michelozzo en la Vía Larga de Florencia, en los gabinetes de los Médici o en las propias sepulturas de su familia. También fue propietario de importantes colecciones artísticas que dan lugar a día de hoy a la famosa Galería Uffizi de Florencia.
La formación de Benvenuto Cellini
“Escribo esta vida mía atormentada para agradecer a Dios de la naturaleza que me diese el alma y después me la cuidase: he acometido altas y diversas empresas y sigo vivo. (…) nací Benvenuto en la flor de esta digna tierra toscana”.
En 1500 nace en la enigmática ciudad de Florencia Benvenuto Cellini, hijo de Elisabetta y de Giovanni. Su historia es bien conocida por las sesiones que dedicaba a narrar sus “aventuras” al joven muchacho de 14 años Goro dalla Pieve. Este último, un enfermo vagabundo, fue acogido en el taller del artista en 1558. Gracias a estas largas e infinitas charlas conservamos algunas publicaciones de Cellini; véase el caso de La Vida (su autobiografía) o Tratados de Orfebrería, Escultura, Dibujo y Arquitectura.
Durante sus primeros años en Florencia Cellini no recibió el visto bueno de su padre en todo lo referente a pintura y escultura, por ello empezó una corta formación en instrumentos de viento. Las constantes negativas por parte paterna produjeron la marcha de Cellini a Roma en 1519. Iría y volvería de esta ciudad entre 1521 y 1527, trabajando como orfebre y realizando todo tipo de muebles y joyería para diferentes obispos.
Además, sabemos que Cellini también realizó varios viajes a las ruinas romanas de Nápoles. Iba acompañado de su colega y artista Solosmeo para empaparse de su “imagen” y creatividad. Otra de sus influencias es la escuela florentina gracias a los Médici que, desde 1469, promovieron todo tipo de ensayos sobre lo clásico y el estudio de lo humanista.
Aventuras de un artista en el siglo XVI
Según nos dicen las fuentes Benvenuto Cellini combatió en el famoso asedio de Roma de 1527. Como parte de la defensa se enfrentó a los temidos mercenarios de Carlos V, el emperador, y algunos cuentan que incluso llegó a herir y matar al jefe de los atacantes: Carlos de Borbón. Años más tarde será acusado de robar joyas al papado y, de hecho, sería encarcelado en el castillo de Sant’Angelo. Su destino fue del todo incierto hasta que el cardenal Ferrara intervino en nombre de su honor.
De 1540 a 1545 trabajó para el monarca francés Francisco I en las residencias de Fontainebleau, asimismo, participó en la remodelación de las murallas de París. Ya en Italia en la década de 1560 trató de participar en el concurso público convocado por las autoridades para la edificación de Il Biancone; la “fuente de Neptuno” de Florencia. Supuestamente no podrá hacerse con este encargo al sufrir un intento de asesinato con veneno. Para rematar sus desdichas… las malas lenguas hablaban de un romance entre Cellini y su joven ayudante.
El Perseo con la cabeza de Medusa
Esta escultura que recibe el nombre de “Perseo con cabeza de Medusa” fue realizada entre los años 1545 y 1554 y su lugar de ubicación fue la Plaza de la Señoría en Florencia. Es sin duda alguna el trabajo más conocido de Benvenuto Cellini y en la actualidad gran objeto atención por parte de los turistas.
Tras recibir el encargo de los Médici el ya versado escultor y orfebre decidió viajar a Venecia para recibir el consejo de Tiziano (el autor del ampliamente conocido Carlos V en la batalla de Mühlberg, conservado en el Museo Nacional del Prado).
Tras la toma de posesión de Cosme se comenzaron todo tipo de proyectos de obras públicas, tratando de realzar el renacimiento cultural de Florencia y su importancia mundial como ciudad conocedora de la belleza y las artes. Cellini comenzó la escultura en 1545 y el señor de Florencia le prometió 200 escudos por mes durante un conjunto de 35 meses.
El Perseo y su ubicación contaban con un significado político. En primer lugar, el hecho de ubicarse en la Plaza de la Señoría era un elemento fundamental: esta escultura estaría a la vista de todos. Por otro lado, Cosme escogió el mito de Perseo para tratar de representarse a sí mismo como un pacificador, un hombre noble y honrado que fue capaz de organizar Florencia y sus dominios evitando injusticias y masacres, al igual que Perseo en su misión de asesinar a la Gorgona.
En 1563 Benvenuto Cellini llevó a cabo uno de sus últimos trabajos con bajorrelieves para la catedral de Santa Maria del Fiore y en 1569 abre su último taller. Fallecería por unas fiebres muy intensas en 1571. Su relevancia fue tal que el propio Alejandro Dumas le dedicó la novela Ascanio, ambientada en su etapa al servicio de Francisco I de Francia.