Imagen: el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, y el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden I EFE
El bloqueo impuesto por el Ejecutivo español a los buques estadounidenses que transportaban material con destino a Israel ha desatado una crisis política y comercial entre España y Estados Unidos. Esta medida, que ha involucrado a dos barcos operados por la naviera danesa Maersk, ha generado fuertes críticas internas y externas. En medio de este conflicto, el Pentágono ha intervenido para aclarar que las embarcaciones bloqueadas también transportaban ayuda humanitaria vital.
El conflicto con los buques de Maersk
Los dos barcos afectados, el Denver y el Seletar, ambos de bandera estadounidense, fueron desviados a los puertos de Tánger y Lisboa en noviembre después de que España les negara la entrada en Algeciras. Maersk, la naviera danesa propietaria de las embarcaciones, mostró su indignación, asegurando que la carga de los buques cumplía con todas las leyes y regulaciones nacionales e internacionales.
Sanciones estadounidenses en respuesta al bloqueo
Como resultado del bloqueo, la Comisión Marítima Federal de EE.UU., una agencia encargada de regular el transporte marítimo, ha iniciado un proceso sancionador contra España. Las sanciones podrían incluir multas de hasta 2,3 millones de dólares por cada viaje y la prohibición de entrada a puertos estadounidenses para los buques españoles. Si se aplican las sanciones máximas, las relaciones comerciales bilaterales, que superan los 70.000 millones de euros anuales, podrían verse gravemente afectadas.
Críticas a las acciones de España
Louis E. Sola, comisionado de la Comisión Marítima Federal, expresó su preocupación por las acciones de España, señalando que las medidas unilaterales contra los buques estadounidenses podrían poner en peligro las cadenas de suministro clave de la industria marítima, valorada en 5 billones de dólares. Por su parte, un grupo de diputadas estadounidenses de la izquierda socialista ha defendido la posición de España. Las demócratas Rashida Tlaib, Cori Bush y Summer L. Lee condenaron la investigación contra España, afirmando que el país ibérico tiene todo el derecho de tomar decisiones humanitarias sin enfrentar sanciones o represalias económicas por parte de su aliado.
La postura española y su implicación con la flota de EE.UU.
El gobierno español tomó esta decisión a pesar de que los buques de Maersk están registrados en el Programa de Seguridad Marítima de EE.UU., un esquema que asegura la disponibilidad de una flota comercial útil para necesidades militares y de emergencia. Estos barcos tienen acceso a redes logísticas globales y están comprometidos con el suministro de ayuda humanitaria y apoyo a operaciones militares. Sin embargo, el gobierno de España está al tanto de que estas embarcaciones están en lista de proveedores del Departamento de Defensa de EE.UU., lo que genera más tensión en el contexto del bloqueo.
Protocolo propuesto por Izquierda Unida
El conflicto se intensificó después de que Izquierda Unida denunciara que barcos de la naviera Sealift hicieron escala en España antes de dirigirse a Israel con armamento. En respuesta, esta formación política propuso un protocolo en el Congreso que, de ser aprobado, permitiría que los buques con carga militar hagan escala en España, pero obligaría a las autoridades a inspeccionarlos y confiscar cualquier equipo militar destinado a Israel. El protocolo también estipularía que España informara a la Corte Penal Internacional, que investiga a Israel por posibles crímenes de guerra y genocidio.