Joseph Aoun, jefe del ejército libanés, fue elegido el jueves como el 14º presidente de la República del Líbano, un cargo que había estado vacante durante más de dos años debido al estancamiento político en el país. Con 99 de los 128 votos del parlamento libanés, Aoun logró un amplio respaldo a lo largo del espectro político del Líbano, a pesar de las reservas iniciales de Hizbulá y sus aliados.
Aunque las declaraciones políticas de Aoun son poco frecuentes, recientemente se ha destacado como el candidato preferido de Estados Unidos y Arabia Saudita para la presidencia libanesa. Su candidatura ganó un considerable impulso tanto a nivel local como internacional, especialmente después de la ofensiva de dos meses de Israel en el Líbano el año pasado, que dejó más de 4.000 muertos y desplazó a más de un millón de personas.
Aoun ha sido reconocido por mantener al ejército libanés fuera del conflicto, a pesar de que los ataques aéreos israelíes mataron a más de 40 soldados libaneses. Además, ha supervisado el despliegue de las fuerzas armadas en el sur del Líbano como parte de un acuerdo de alto el fuego con Israel, que sigue vigente, a pesar de las reiteradas violaciones por parte de Israel. Este papel clave en la gestión del conflicto y su liderazgo sobre las fuerzas armadas le ha otorgado una gran credibilidad en la escena política y de seguridad libanesa, consolidando su elección presidencial.
Líder militar del ejército libanés
Originario de la ciudad de Aaichiye, en el sur del Líbano, Joseph Aoun nació en Sin al-Fil, cerca de Beirut, en 1964. Se unió al ejército libanés en 1983 y, tras años de ascenso, se convirtió en comandante en jefe del ejército en 2017. Poco después de asumir el cargo, se le encomendó la misión de expulsar al grupo Estado Islámico y al Frente al-Nusra del este del Líbano.
El manejo de la situación por parte de Aoun fue ampliamente elogiado, y la entonces embajadora de Estados Unidos en el Líbano, Elizabeth Richard, destacó que había hecho un «excelente trabajo.» Estas victorias también contribuyeron a consolidar su imagen positiva dentro del Líbano.
Según Imad Salamey, experto en política de Oriente Medio de la Universidad Libanesa Americana, Aoun ha sido fundamental para mantener la estabilidad en una sociedad profundamente dividida. Salamey señaló que bajo su liderazgo, el ejército libanés se mantuvo neutral y ajeno a las facciones políticas, lo que le permitió ganar una amplia confianza en el país. Esta postura de independencia y rendición de cuentas le ha permitido destacar como un líder capaz, especialmente en tiempos de crisis.
Cuando el Líbano enfrentó una grave crisis económica en 2019, Aoun alertó sobre los efectos que esta tendría en todos los sectores de la sociedad libanesa. A pesar de las críticas iniciales al ejército libanés por su intervención contra manifestantes civiles en los primeros meses de la crisis, las dificultades del ejército también fueron notorias: su presupuesto se redujo, los salarios de los soldados disminuyeron y la dependencia de la ayuda extranjera, particularmente de Estados Unidos, aumentó.
En 2020, el ejército libanés adoptó medidas drásticas, como una dieta vegetariana para los soldados, debido a la imposibilidad de costear el precio triplicado de la carne. Aoun declaró en 2021 que «los soldados están sufriendo y pasando hambre, al igual que la gente,» y cuestionó a los políticos sobre las medidas que tomarían para afrontar esta grave situación.
En los últimos años, ha habido un aumento de la ayuda estadounidense al ejército libanés, que ha recibido más de 2.500 millones de dólares desde 2006. Parte de esta ayuda está vinculada a la estrategia estadounidense de apoyar las instituciones estatales del Líbano como contrapeso a Hizbulá, al cual Washington considera una organización terrorista.
La relación entre Aoun y Hizbulá
Bajo el sistema sectario de poder compartido del Líbano, el presidente debe ser un cristiano maronita, una regla que también se aplica a la cúpula del ejército libanés. Joseph Aoun es el cuarto presidente consecutivo en servir como comandante del ejército, siendo el primero Michel Aoun (sin relación familiar con él). En total, Aoun es el quinto comandante militar en alcanzar la presidencia.
A diferencia de su predecesor, Joseph Aoun cuenta con el respaldo de muchos opositores de Hizbulá, que ven en su liderazgo la posibilidad de contrarrestar la influencia del grupo armado en la política libanesa. En su discurso de aceptación, Aoun se comprometió a afirmar el derecho del Estado libanés a «monopolizar el porte de armas», lo que algunos interpretaron como una posible confrontación con el arsenal de Hizbulá.
«Discutiré una estrategia de defensa para que el Estado libanés luche contra la invasión israelí. Y me refiero al Estado libanés», afirmó Aoun ante los legisladores. Aunque Hizbulá no se opone abiertamente a su presidencia, el grupo se mantiene cauteloso, según el análisis de Imad Salamey, experto en política de Oriente Medio. Los líderes militares como Aoun son vistos leales a la institución del ejército más que a un actor político, lo que limita la capacidad de Hizbulá para influir en las políticas de seguridad del Estado.
Se espera que Aoun salvaguarde el papel político de Hizbulá, evitando una confrontación directa, aunque este enfoque puede no alinearse completamente con las ambiciones más amplias del grupo. En cuanto al fuerte respaldo estadounidense y saudí a Aoun, algunos lo interpretaron como una injerencia directa en los asuntos internos del Líbano. Sin embargo, Salamey no ve este respaldo como algo nuevo, ya que todos los principales grupos políticos libaneses cuentan con patrocinadores extranjeros, como Irán, Arabia Saudita, Estados Unidos, y en momentos anteriores, Siria.
En este contexto, Salamey considera que el apoyo de potencias extranjeras a la candidatura de Aoun es coherente con prácticas pasadas, y subraya que Aoun no está siendo impuesto al pueblo libanés, sino que ha sido seleccionado como un candidato de consenso que refleja las necesidades inmediatas de estabilidad y reforma en el país.
