Hércules pugnando con el león de Nemea/ Imagen de archivo
La TEFAF 2024 de Maastrich, no solo nos ha dejado una buena sensación de viveza y dinamismo respecto del arte. También este medio ha querido ir más allá, pues la figura de Hércules ha estado presente en muchas de las obras expuestas en la convención.
Hércules fue la fuente de inspiración de este medio, sus valores, el simbolismo y las hazañas legendarias motivan este proyecto. El valor de esta figura mitológica nos lleva a un viaje en el tiempo, un viaje por la cristalización de la creatividad humana y sobre todo un viaje por el arte.
Si bien la figura de Hércules, siempre ha sido por sus ideas e idiosincrasia uno de los temas más representados en la historia del arte. Esa trascendencia en el tiempo solo puede deberse a la admiración. El loar valores nobles y sanos de fuerza, perseverancia, coraje, esfuerzo y lealtad. Unos valores que consideramos que deben ser bandera de nuestro tiempo; y que desde antaño han sido materializados en obras de arte. En todo tipo de artes plásticas y durante todas las épocas Hércules ha sido plasmado.
Una de las muestras más claras de derroche de lo que una pugna implica, la tenemos en las representaciones artísticas que se han dado de Hércules peleando contra el León de Nemea. En síntesis, estas representaciones vienen a reflejar el primero de los 12 trabajos del héroe legendario.
El león de nemea, la pugna como origen de la heroicidad.
Los 12 trabajos fueron son una serie de hazañas impuestas como condena por los celos de Hera. Estos desafíos, asignados por el rey Euristeo, llevaron a Hércules a enfrentarse a criaturas míticas y realizar tareas imposibles.
El León de Nemea era un feroz animal que asolaba a toda la población, asesinando aldeanos, matando el ganado y destruyendo todo lo que a su paso se cruzaba. Esta criatura poseía una piel que era impenetrable ante el ataque de las armas, lo que lo hacía, prácticamente, en invencible. Hércules no sabía de esta característica de la bestia y luego de pernoctar en la ciudad, partió a la cacería armado con arco, flechas, su espada de bronce y una maza que él mismo había construido con una rama de olivo.
Cuando Hércules estuvo frente a frente con el León de Nemea, lanzó flechas, trató de atravesarlo con su espada y de golpearlo con su icónica maza, pero apenas causó daños. El monstruo salió indemne ante cada ataque del semidios.
Fue entonces que el héroe, ideó una estrategia. Se aproximó a la guarida del León de Nemea, y sabiendo que ésta tenía dos entradas, taponó una de ellas forzando a la bestia a entrar por la otra, quedando así acorralado y a merced de Hércules, quien, gracias a su enorme fuerza, estranguló al león hasta matarlo.
Esta hazaña sentó las bases de la leyenda, es por lo que una pugna nos lleva a entender la vida como una lucha frente a la dificultad. Todo es pugna constante, por lo que el saber sobreponerse de manera titánica, resaltando la idea de la superación personal y la búsqueda de la virtud es lo que se quiere representar en las obras que se verán a continuación.
El mito ligado a la religiosidad, la plasmación de Hércules en el arte antiguo.
Para los antiguos, las representaciones de Hércules estaban ligadas al aspecto religioso. La finalidad de las representaciones era pedagógica y de fidelización al culto grecorromano, ya que se buscaba que la religión fuera el cauce los valores representativos de la figura de Hércules para con la sociedad. La pugna como sinónimo del esfuerzo, la superación frente a la adversidad.
Así como para enseñar e ilustrar su icónica leyenda. Teniendo en cuenta siempre, que en la antigüedad clásica la representación estaba ligada a la religiosidad y a ensalzar los valores detrás del mito. Ya sea mediante exvotos, estatuas de su figura, representaciones pictóricas, mosaicos e incluso en la numismática.
También en un contexto donde las guerras y batallas eran constantes, tener una figura de referencia a la que encomendarse en las contiendas era algo común. Por ende, las manifestaciones artísticas se plasman mostrando un Hércules batallador y un fiero león de Nemea. Una ardua lucha que se saldó con la victoria del héroe sobreponiéndose a la adversidad.
Una de las muestras de arte antiguo que se dieron en TEFAF sobre este pasaje, es el fuste de una columna de mármol que tiene la forma de la piel del león de Nemea. Esta pieza engalanaba la entrada del stand de la Galería Plektron Fine Arts de Suiza. Se trata de una pieza romana del siglo II D.C, concretamente del periodo de la dinastía Antonina. Pieza expuesta en el museo olímpico de Suiza entre 1999-2010.
El simbolismo de esta pieza recae en la representación del trofeo, pues tras la batalla Hércules se quedó con las pieles del animal y regresó victorioso a Argólida.
Otra de las piezas que se dieron en TEFAF respecto del primer trabajo de Hércules, la tenemos en un ánfora griega en el stand focus de la galería londinense Charles Edge. Se trata de un ánfora de vientre, Tipo B. Decorada en figura negra con decoración lineal incisa con pintura roja y blanca aplicada. Se le suma una hilera de palmetas dobles coronando la escena a cada lado y una banda de rayos sobre el pie. De nuevo otra vez se ve a Hércules pelando sin armas contra el León. Tenemos una magnífica pieza de cerámica del año 530 A.C mostrando así la destreza de los ceramistas helénicos para plasmar dos figuras en movimiento con tal lujo de detalle y con la dificultad añadida de la forma del ánfora en la pintura.
En objetos cotidianos como las ánforas que tenían una finalidad de transporte de víveres líquidos, también se optaba por la decoración con estos motivos. De ahí ver la importancia del semidios en la vida cotidiana.
El Hércules renacentista, un icono del humanismo.
En cuanto a la representación artística de Hércules se observa un gran salto. Tras el fin de la Edad Antigua se dio una suerte de olvido de las figuras mitológicas clásicas; todo ello marcado por la cosmovisión teocéntrica propia del medievo.
No obstante, ya con la transición del medievo al Renacimiento la cosmovisión antropocéntrica tuvo una importancia capital en el arte. Tal fue así que en este periodo se dio una recuperación de las figuras clásicas y mitológicas, Hércules pasaría a ser ya no solo una figura más, sería un icono del incipiente humanismo. Hércules adquiere el sentido más propio de lo humano, de los cánones clásicos. El artista renacentista buscaba la perfección.
La primera gran muestra de esta entrada triunfal de la figura de Hércules en el Renacimiento la tenemos en la escultura de la galería italiana Walter Padovani. Un Imponente Hércules de Mármol se enfrenta al Léon de Nemea. Se trata de una escultura de mármol de grandes dimensiones, apreciándose los cánones de medida clásicos en las proporciones de Hércules, el fenotipo grecorromano y un lujo de detalle exquisito en cuanto a la musculatura; así como del movimiento corporal del semidios. Por otro lado, la posición de batalla asiendo las fauces del león sometiéndole refleja la tenacidad de la contienda. La figura del león no se queda atrás, la fiereza de la bestia y el trabajo de filigrana de la melena son simplemente espectaculares.
Es una escultura atribuida a Cristofano Stati, escultor italiano de finales del siglo XVI y principios del XVII. Escultor que realizó la decoración de una de las capillas de la Basilica mayor de Santa Maria en el Vaticano. Esta escultura entra dentro del estilo artístico del manierismo, un estilo del Renacimiento tardío caracterizado por asumir los postulados del Alto Renacimiento en cuanto a los canones clásicos y la perfección, pero innovando en la ruptura de la simetría dando al autor cancha a la idealización y a incluir el dinamismo.
Otro gran ejemplo de lo que la pugna de Hércules supuso lo tenemos con la escultura de bronce del siglo XVII que nos ofrece la Galería Kugel de París. Tenemos una escultura de bronce con una patina que además realza la figura tanto de hércules como del León. Podemos observar un hércules de mediana edad en plena lucha con la fiera, pero esta vez no existe un escorzo que deriva en el sometimiento. Ambas figuras están en perfecta simetría y altura; semidios y fiera batallan en el mismo plano.
Hércules sostiene las fauces bajo un gesto de circunstancia acorde con dureza de la contienda. Se trata de una pieza de la escuela de francesa que toma los canones renacentistas italianos, aunque la escultura ocupó en Francia un segundo plano en el renacimiento. Pese a ese segundo plano la producción escultórica en este periodo sienta las bases de la edad de oro de la escultura francesa, el barroco.
La escultura formaba parte de la colección del militar y magnate británico de los diamantes Sir Harold Augustus Wernher. Alcanzó un gran éxito militar al coordinar la logística de la Operación Overlod en la II Guerra Mundial (el día D).
Si en la escultura Hércules ha tenido un papel fundamental en la historia de la escultura y las artes mayores. No obstante, en otro tipo de artes como las artes decorativas u objeto de vitrina la figura de Hércules también ha sido objeto de representación. En ese caso Alesandra di Castro nos presenta una curiosa pieza, una representación curiosa de la pugna de Hércules no con el León sino que con el Toro de Creta.
Se trata de una cajita de granito del siglo XVIII, lo curioso es como se ha llevado a cabo dicha representación. Esta representación se ha hecho a través de la técnica del micro mosaico.
El Micromosaico es una técnica de decorativa de joyería que se originaria de Roma a finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX. Fue una técnica desarrollada por artesanos italianos que buscaban una forma de imitar los antiguos mosaicos romanos en objetos más pequeños y portátiles, como las joyas.
La técnica del Micromosaico consiste en cortar pequeñas piezas de vidrio coloreado en formas geométricas y luego ensamblarlas en una pieza para crear una imagen detallada y colorida. Estas piezas de vidrio, llamadas «tesserae”, pueden llegar a ser del tamaño de la cabeza de un alfiler, y se colocan en un soporte de metálico para formar la imagen deseada. Los artesanos expertos pueden crear diseños complejos con miles de tesserae.
En este caso tenemos una obra magistral en lo que a este estilo se refiere, una figura de un Hércules directamente asiendo al toro y sometiéndole. Vemos un Hércules de colores verdes pardos, donde las teselas de mayor intensidad oscuro se combinan con las teselas más claras para dar una imagen de viveza y contraste.
Algo que resulta extremadamente complicado, puesto que dar dinamismo y viveza en teselas en un espacio tan pequeño. Se trata de una pieza majestuosa en cuanto a la rareza y antigüedad de esta, siendo una de las piezas primigenias del estilo de micromosaicos italianos.
Hércules, la pugna y el arte van de la mano. La figura de Hércules irá apareciendo de nuevo en estos especiales, en TEFAF el protagonismo del semidios fue rotundo y este medio se ha hecho eco. Difundir la pasión por el arte y la relación con unos valores y una figura determinada es todo un honor, de nuevo y poniendo por delante el agradecimiento a los galeristas que aparecen en este artículo.