Difícilmente volvamos a ver un escándalo como el que tuvo lugar esta tarde en Saint Etienne en uno de los encuentros inaugurales del fútbol olímpico. El partido entre Argentina y Marruecos «acabó» de una forma nunca antes vista. Y lo escribimos entre comillas porque lo que parecía un empate ya sellado se reanudo casi dos horas más tarde. Complicidad del lamentable papel del árbitro sueco Glenn Nyberg, el COI, la FIFA y la Federación Francesa de Fútbol. Menuda forma de comenzar París 2024 incluso antes de la inauguración oficial.
¿Qué fue lo que sucedió? En medio de un marco particularmente hostil para los jugadores argentinos con más de 30.000 marroquíes en las tribunas, el equipo de Mascherano estaba logrando remontar un 0-2 (dos goles de Soufiane Rahimi para los africanos) en el minuto ¡63! del segundo tiempo. El referí había adicionado 15 minutos por los repetidas interrupciones que sufrió el partido, con cinco aficionados marroquíes ingresando al campo de juego. Una vez concretado el tanto del empate por Cristian Medina, desde las gradas agredieron a jugadores argentinos, cayó una bengala y un petardo de milagro no termina con alguien lastimado. El árbitro, criterioso en ese momento, ordenó a los jugadores que se retiraran.
La sensación era que el partido estaba terminado, pero no había una comunicación oficial al respecto. Mientras la TV marcaba el 2 a 2, en las imágenes del gol se podía notar que existía un fino fuera de juego previo al gol de Medina, no obstante los minutos pasaban y nadie decía nada. Al cabo de dos horas y ya sin público en el estadio, se les informó a los futbolistas de ambos equipos que debía regresar para continuar con el juego.
El gol estaba anulado por offside, aunque faltaba que Nyberg revisara la mano por un posible penal. La decisión del juez fue que no lo hubo y agregó tres minutos más con el resultado 2-1 para Marruecos. El tanteador no cambió y el triunfo quedó en manos de Hakimi y compañía.
Las reacciones de los argentinos
Mientras Mascherano sostenía a viva voz «es el circo más grande que ví en mi vida», las reacciones de los jugadores del Seleccionado Mayor argentino no tardaron en aparecer. Con Messi a la cabeza, seguido de Rodrigo De Paul y Nicolás Tagliafico, los campeones del mundo expresaron su indignación con lo ocurrido.