Imagen de web Athletic club
Athletic Club y Real Mallorca disputaron la final del torneo del KO en un duro encuentro que se decidió en la tanda de penaltis por 4-2. El club bilbaíno rompe así su racha de 40 años sin ganar un título, reverdece así los laureles con la vigésimo quinta Copa del Rey.
El fútbol tenía una deuda con el Athletic Club que ha tardado 40 años en saldarse
La Copa del Rey es la competición fetiche del Athletic Club, es por todos sabido de la grandeza del Athletic club en este torneo. No obstante, pocos han sido testigos de estas glorias. Aquella final en el año 1984 en el Santiago Bernabéu contra el Barça de Maradona, donde con tangana incluida, el conjunto entrenado por Javier Clemente se hizo con el título copero. Tras ello el Athletic ha vivido una travesía en el desierto, donde el destino le ha privado de los triunfos, son varias las generaciones que ansiábamos ver a los leones ganando títulos.
La presión en esta final era total, puesto que pesa el hecho de que sean varias las generaciones que no han visto al club bilbaíno ganar un título. Muchos recordábamos las historias de nuestros padres y abuelos quienes tenían las efemérides de las viejas glorias en la retina, haber podido ver al equipo de los «11 aldeanos», la calidad de Gainza y Zarra o el Athletic de Clemente y el doblete entre otros… Son acontecimientos que las actuales generaciones conocen pero no han podido vivirlo.
Para unas generaciones en las que hemos visto al club estar a punto de bajar a segunda en 2005 y 2006, perder varias finales contra el Barça y sobre todo caer derrotados la final contra el eterno rival en 2021. Esta victoria de copa hace reivindicar una forma de trabajo y una idiosincrasia como club única en el mundo, que se enfrenta al futbol moderno de talonario reivindicando los valores propios de la cantera, de la tierra y del trabajo propio. El que un club con una filosofía tan particular como el Athletic gane un título tiene el doble de mérito, pues las autolimitaciones con las que juega es partir en desventaja frente al resto.
Esta victoria marca una época, ya pueden decir muchos que han visto a su equipo ganar un título y el germen para consolidar un proyecto ganador. El Athletic es un club que por sus valores ha trascendido más allá de lo que es el fútbol, pero ante todo un símbolo de estoicismo y resistencia.
La marea rojiblanca en Sevilla y un partido muy disputado.
La ilusión por la copa levantó pasiones en la capital vizcaína, tanto en redes sociales como en medios de comunicación se ha visto como la afición bilbaína con 75.000 aficionados se ha desplazado a Sevilla. Una afición que dio colorido a Sevilla y que alentó al equipo en todo momento, donde se podría decir que fue el jugador 12 en el campo. La tensión y los nervios por parte de ambos contendientes se palpaban en el ambiente, algo que se tradujo en un partido disputado y en un fútbol de garra y pundonor. Un partido donde el Mallorca fue fiel a su guion de defender y atacar al contragolpe mientras que el Athletic tuvo el balón y busco la velocidad de los Williams para romper la férrea defensa del los bermellones.
El encuentro no resultó fácil para los vizcaínos. El mallorca aprovechó la primera ocasión que tuvo para anotar el primer tanto. Tras despejar la defensa rojiblanca un disparo de Toni Lato, el balón quedó en los pies del centrocampista, que la colocó en la esquina de la portería rojiblanca.
Aún y todo, el Athletic no bajo los brazos y se convirtió en el dominador del encuentro a partir del 0-1. Comenzada la segunda parte, Sancet empató el partido. La igualdad adueñó de la final de Copa hasta llegar a una prórroga donde se notó muy agotados a los 22 protagonistas. Ya en los penaltis, los aciertos del Athletic y la mala fortuna del mallorca pusieron la Copa en las manos de Berenguer, quien batió de manera soberbia al guardameta Greif.
De esta épica manera el Athletic reverdeció sus laureles conquistando un título que se le resistía desde hace 40 años. La Gabarra del Athletic Club de Bilbao zarpará a las 16:30 del 11 de abril. El punto de partida será en el Real Club Marítimo del Abra de Getxo, y se espera que llegue al puente del Ayuntamiento de Bilbao aproximadamente a las 18:30. Después, está programado el regreso aguas abajo a las 19:00, con llegada nuevamente al Abra a las 19:30.