Será muy difícil, a finales de este año, hacer mi ranking personal de las mejores películas de 2024, porque, sin duda, este año cinematográfico ha ofrecido un nivel sobresaliente en todos los géneros. Hoy no es la excepción, y volvemos a hablar de otra gran película que ha sorprendido al público. Esta película lleva meses en el centro de la atención, tras ganar uno de los premios más prestigiosos del cine, la Palma de Oro a Mejor Película en el Festival de Cannes. Se titula Anora.
Sean Baker, de 53 años y originario de Estados Unidos, es un cineasta que definitivamente merece estar en el radar. El hecho de que Anora haya sido tan impresionante no es casualidad ni fruto de una inspiración repentina del director. Su carrera ha sido una trayectoria sólida de propuestas muy interesantes. En 2012, estrenó Starlet, un drama independiente que exploraba la amistad y la vejez, y que recibió críticas positivas. Tres años después, con Tangerine, comenzó a consolidarse como un director a seguir, con una comedia dramática sobre la búsqueda de la verdad entre dos amigas.
Sin embargo, fue en 2017 cuando Baker alcanzó lo que considero su primer gran éxito con The Florida Project, una película que, además de contar con la impresionante actuación de Willem Dafoe, fue filmada con un iPhone sin que se notase. A pesar de la aparente simplicidad de la grabación, la película se percibía como una obra cinematográfica cuidada, bien rodada, que exploraba la crisis económica de 2008, centrándose en una niña y su entorno. Este trabajo marcó un hito, y al igual que sus anteriores proyectos, mostró el talento de Baker para crear personajes profundamente humanos y retratar la vida misma con gran maestría en los guiones.
La cosa no terminó allí. En 2021, estrenó Red Rocket, una película más irreverente que, aunque se mantuvo en el terreno del drama, incorporó toques de comedia. La película, centrada en el mundo del porno, contó con una destacada interpretación de Simon Rex, quien protagonizaba la historia. Al igual que sus anteriores trabajos, Red Rocket recibió elogios tanto de la crítica como del público, consolidando aún más la reputación de Baker como un cineasta único.
Sin embargo, muchos sentían que faltaba ese salto a un nivel aún mayor, esa película que lo catapultara al foco mundial. Y así fue: tres años después, en 2024, llegó Anora, la película que finalmente logró ese ascenso. Como mencioné antes, ganó la Palma de Oro en Cannes, un premio de gran prestigio que, junto a la avalancha de críticas positivas, la ha colocado entre las películas más interesantes de los últimos años, y posiblemente entre las mejores de 2024. Y eso es decir mucho, considerando que, como ya he señalado, este ha sido un año particularmente fuerte para el cine, con varias películas aún por estrenarse en los próximos dos meses.
¿Es Anora una de las mejores películas del año?
Tras ver Anora y, sobre todo, disfrutar enormemente de ella, puedo decir que es una experiencia cinematográfica que sorprende en cada momento. Esta afirmación es peculiar, porque generalmente, las películas de comedia, romance o drama, géneros que exploran aspectos más humanos, no suelo describirlas como “experiencias”. Estas suelen ser más emocionales y a veces rutinarias, por así decirlo. Sin embargo, Anora es una excepción. Sean Baker, el cineasta, ha sido muy inteligente al jugar con las expectativas del espectador, ofreciendo algo singular que sorprende y atrapa más a medida que avanza.
La trama de Anora gira en torno a una joven trabajadora sexual de Brooklyn, una bailarina erótica que, por azares del destino, tiene la oportunidad de vivir su propio cuento de hadas. Se enamora y se casa impulsivamente con el hijo de un oligarca ruso, a quien conoce en su propio club nocturno. Sin embargo, cuando la noticia llega a Rusia, su sueño se ve amenazado. Los padres del chico viajan a Nueva York con la intención de anular el matrimonio, considerando inaceptable que su hijo se haya casado con una mujer de su clase. Puede que esto recuerde a la clásica historia de Pretty Woman, donde una prostituta se enamora de un millonario, pero Anora toma caminos muy distintos.
Lo mejor de la película es que lo que comienza como una historia romántica tradicional, de esas que hemos visto mil veces, da un giro interesante. Los primeros 25 minutos parecen seguir una fórmula conocida, pero cuando las complicaciones empiezan a surgir, la película se transforma en una comedia tensa que avanza rápidamente, atrapando al espectador en una sensación de angustia. Lo que empieza como un cuento de hadas se convierte en un viaje de incertidumbre y drama que crece de menos a más.
Uno de los puntos más destacados es, sin duda, la actuación de Mikey Madison. Su interpretación es estelar, intensa y conmovedora. La actriz consigue hacer que el público sienta, se emocione y, en algunos momentos, incluso lloré junto a su personaje. Cuando una actriz logra algo así, significa que el público ha logrado empatizar completamente con la historia, el personaje y su contexto. El guion es tan sólido y bien trabajado que impacta de manera efectiva al espectador, un gran acierto que muestra el talento de Sean Baker para crear historias humanas que realmente conectan con la audiencia.
La dirección es excelente, y el montaje también está muy logrado, consiguiendo un ritmo perfecto para la película. La fotografía tenue ayuda a sumergirnos en los momentos más íntimos y significativos del personaje. La música cumple su función, aunque destaco especialmente el uso de canciones en momentos clave, lo que añade una capa emocional a la trama. El guion es brillante, y los diálogos, aunque a veces se alargan y resultan incluso frustrantes para los personajes, son muy naturales, creíbles y efectivos.
Si tuviera que señalar algo negativo, diría que en algunas partes la película resulta algo monótona, y los primeros 25 minutos no son los más atractivos. También, por pedir, me hubiera gustado un uso más destacado de música instrumental en ciertos momentos. Pero, en general, Anora es una de las mejores películas del año, realizada con cariño, dedicación y, sobre todo, talento. Es una obra cinematográfica que te llega al corazón, que te hace sentir una amplia gama de emociones y que te deja con un final desgarrador que te dejará boquiabierto. Sin lugar a duda, es una película imperdible para cualquier amante del buen cine.