Hemos tenido el placer de entrevistar en esta ocasión a Diego Beyró (@diegobeyro), artista argentino con una amplia trayectoria, que va a presentar su nuevo proyecto en Madrid este mes, concretamente, el viernes 29 a las 19:00 y el sábado 30 a las 12:00. Para ver algunos de sus proyectos puedes acceder a su web www.diegobeyro.com
Tu formación como artista ha sido mayormente autodidacta. ¿Qué te motivó a seguir este camino y cómo influyó en tu desarrollo creativo? ¿Recomendarías este enfoque en lugar del académico?
A mí nunca me interesó el título y vi que la carrera de Bellas Artes iba a ser muy larga. Preferí profundizar sobre los temas que me interesaban, haciendo talleres específicos o leyendo por mi lado sobre la historia del arte. Además, al tener una abuela artista y también mi hermano y mis tías, el entorno artístico y de creación se hizo algo común. Si bien se considera autodidacta a quien no hizo la carrera formal, podría decir que sí tuve mucha influencia de mi familia y de algunos talleres a los que fui a aprender dibujo y composición.
¿Crees que todo artista debe tener también una faceta de emprendedor?
Los artistas muchas veces recaen a la espera de un escenario ideal. Sería increíble pasar el día en el taller pintando y que alguien toque nuestra puerta para promocionarnos exposiciones por el mundo y depositarnos el dinero de las ventas en nuestra cuenta. Será fascinante a quien le pueda suceder algo así o cercano. Si esa no es tu realidad, tendrás que ver cómo hacer para tener éxito en la autogestión, empezando por promocionarte dándole visibilidad a tu trabajo, y siguiendo por ver cómo puedes vender eso que haces. Eso ya te convierte en un emprendedor, así que inevitablemente creo que hay que ser emprendedor para ser artista.
¿Cómo te aseguras de que tu obra no se diluya en la dinámica comercial del arte?
Tengo desde siempre muy claro que la creación tiene que venir desde adentro y no desde afuera. Si uno crea pensando en las ventas, no es arte, es publicidad.
Y el arte más potente viene de la propia exploración del artista, de una manera genuina. Una vez que está hecha la creación, es buscar la manera de comercializarla si ese fuera el objetivo, pero como un segundo paso.
El Camino de Santiago marcó un punto de inflexión en tu arte. ¿Cómo influyeron estas caminatas en tu visión artística y qué descubriste sobre ti mismo durante estos viajes?
Como experiencia de vida, el Camino fue muy transformador. Como un espacio meditativo durante días y días, kilómetros y kilómetros que aunque suene cliché, me ha iluminado para tomar decisiones parteaguas en mi vida. Y este sol, esta iluminación, terminó siendo parte de mis obras de una manera también literal, ya que lo incorporé como sujeto de estudio, de reflexión y de práctica. En mi trabajo más reciente, el sol es un protagonista muy evidente y el movimiento de las líneas está muy conectado con la gestualidad y el ritmo de mi caminar.
En el Camino me sigo encontrando.
¿Qué buscas transmitir al público con tus creaciones?
En principio busco plasmar algo que está dentro, y el lenguaje para hacerlo resulta ser lo visual, las imágenes. Genuinamente, creo para mí como mi propio espectador y es un ciclo que se retroalimenta.
Y de cara al público, me interesa poder compartir mi manera de ver y expresarme, y sé que eso puede ser poderoso para algún espectador.
Has desarrollado proyectos independientes como Casa Equis, FAIN y Clavo. ¿Qué impacto crees que tuvieron en la escena artística contemporánea?
En México estos proyectos han aportado mucho a la escena del arte emergente con un impacto doble. Por un lado, ayudaron a muchos artistas a tener sus primeras exposiciones y a posicionarse y, por otro lado, han acercado a un público no necesariamente especialista a conectarse con el arte desde una perspectiva un poco más relajada y más descontracturada. En general, el hilo conductor de estos proyectos ha sido generar un puente de experiencia más accesible en todo sentido entre el público y los artistas.
¿Alguna vez sentiste que tu origen o estilo te cerraron puertas en ciertos espacios?
Creo que hay una enorme diversidad en espacios y no todos los espacios son ni deberían ser para todos los artistas. Empezando porque hay espacios que tienen un estilo y eso es sano también para generar identidad. He aplicado a numerosas convocatorias y concursos donde no logré quedar. Y muchas veces no sabes el porqué.
Creo que como artista también es importante ir entendiendo esto para hacer una búsqueda más fina de espacios y convocatorias. No tiene sentido para ninguna parte aplicar a todo lo que hay delante.
Ahora que resides en Madrid, ¿qué nuevos horizontes creativos esperas explorar y cómo ha influido este cambio geográfico en tu arte?
Desde que llegué, ya con un estudio para producir, comencé una nueva serie que aún la tengo en proceso. No sé si el cambio geográfico esté teniendo un impacto, sino más bien la nueva etapa. Cierro el año con mi primera exposición individual en Madrid y eso me hace muy feliz. Y para 2025 planeo continuar desarrollando mi producción y tener nuevos lugares de exposición e idealmente una galería que quiera representar comercialmente mi trabajo.