El canciller alemán, Olaf Scholz, ha reavivado el debate sobre la migración en Alemania tras el ataque mortal con cuchillo ocurrido el pasado viernes en Solingen, donde tres personas perdieron la vida. En respuesta a este trágico evento, Scholz prometió el lunes un endurecimiento de las leyes sobre armas y una mayor celeridad en la ejecución de deportaciones dentro de la Unión Europea.
Durante su visita a Solingen, expresó su indignación y urgió a que las deportaciones, en especial bajo el procedimiento de Dublín, se realicen con mayor rapidez. Este sistema establece que la solicitud de asilo debe gestionarse en el país de entrada a la UE, en este caso, Bulgaria, de donde el atacante, un refugiado sirio de 26 años, debería haber sido expulsado el año pasado.
Desafíos en la coalición de gobierno
Las promesas del canciller se enmarcan en un contexto de tensiones dentro de la coalición de gobierno que lidera, compuesta por socialdemócratas (SPD), liberales (FDP) y verdes. La gestión de la migración irregular, el asilo y las deportaciones ha generado desacuerdos entre los socios, lo que ha dificultado avances significativos en estos temas. Un ejemplo de esta división es la reforma de la ley sobre armas propuesta por la ministra de Interior, Nancy Faeser, que fue rechazada hace dos semanas por los liberales, a pesar de que la medida principal era reducir la longitud permitida de las hojas de cuchillo de 12 a 6 centímetros. El atentado en Solingen podría dar una nueva oportunidad a esta reforma, cuyo objetivo es reducir la violencia con armas blancas, que el año pasado registró 9.000 agresiones en Alemania.
Posibles acuerdos sobre migración y seguridad
El ministro de Justicia, Marco Buschmann, del FDP, ha señalado que ahora está dispuesto a reconsiderar la propuesta de Faeser. No obstante, subraya que la estrategia para combatir el terrorismo y la migración irregular debe basarse en tres pilares: un posible endurecimiento de la legislación sobre armas, una lucha más decidida contra el extremismo islámico y una aplicación más estricta del reglamento de Dublín en las deportaciones. Según Buschmann, estos tres temas deben ser abordados de manera conjunta, y se espera que pronto se presente un plan detallado al respecto.
Desafíos en la ejecución de deportaciones
Las deportaciones dentro de la UE, especialmente bajo el reglamento de Dublín, son teóricamente las más sencillas de ejecutar, ya que el país receptor es un socio europeo. Sin embargo, en la práctica, estas expulsiones son complicadas y pocos países están dispuestos a aceptar de vuelta a los migrantes. En lo que va del año, Alemania ha presentado 43.000 solicitudes de devolución a otros países de la UE, de las cuales 25.000 han sido aceptadas, pero solo se han ejecutado unas 3.500 deportaciones.