El presidente Joe Biden muestra una habilidad equilibrada entre su rol institucional como presidente y su faceta partidista como candidato al referirse a Donald Trump. Mientras que desde la Casa Blanca ha mantenido una posición cauta sobre el veredicto que condena a 34 delitos a su rival electoral de noviembre del 5, Biden ha optado por un tono más directo en su campaña. Durante un evento en Greenwich, el presidente ha llamado abiertamente a su antecesor «delincuente convicto» y ha advertido sobre los peligros de un segundo mandato de Trump.
La condena a Trump y sus repercusiones
El presidente y candidato demócrata reconoce el impacto sin precedentes que implica la condena de Trump, calificándolo como un terremoto político. En sus palabras, destaca la inquietante situación de un expresidente condenado que busca nuevamente el cargo presidencial, y además alerta sobre los ataques agresivos de Trump al sistema de justicia estadounidense. También ha enfatizado la importancia de mantener la integridad del sistema judicial frente a estas presiones.
Un tema sensible para la Casa Blanca
Si bien es la primera vez que menciona a Trump como «delincuente convicto», miembros del partido demócrata ya habían comenzado a etiquetarlo de esa manera. En la Casa Blanca, han sido cuidadoso al abordar este tema sensible, reafirmando los principios de justicia y evitando mencionar directamente a su oponente. Sin embargo, en su campaña, Biden ha reiterado su postura respecto a la amenaza que representa Trump para la democracia.
Sin embargo, destaca que la amenaza potencial de Trump sería mayor en un segundo mandato y expone las declaraciones controvertidas del expresidente, incluyendo referencias a convertirse en dictador y desafiar la Constitución. También critica la venta de influencias por parte de Trump a cambio de donaciones de empresas petroleras para su campaña, lo cual ha generado una investigación por parte de senadores demócratas.
A la espera de la sentencia en julio
El futuro legal de Trump, tras ser condenado por 34 delitos, aún se encuentra en el aire, con una sentencia programada para el 11 de julio. Mientras tanto, Biden continúa delineando las diferencias entre su visión política y la postura de Trump, subrayando los riesgos que considera inherentemente asociados con un eventual retorno del exmandatario al poder.