El hombre que este miércoles asesinó a su hijo con discapacidad motriz e intentó suicidarse después de un escopetazo, murió finalmente esta madrugada en el Hospital Central provincial, tras varias horas de agonía. El filicida, identificado como Ariel Lovey, había anunciado en un video su drástica decisión.
“Voy a hacer un video despidiéndome. Yo creo que esta es la mejor alternativa, porque sino mucho sufrimiento, tantos años… Zamir nunca va a lograr ser alguien normal», sentenciaba en un video enviado a su exmujer y madre del pequeño.
«Esto ya lo verán cuando nosotros no estemos más. Pido un millón de disculpas a todos los que les hice daño. No fue mi intención, pero bueno. Era joven. Soy joven todavía, pero ya no voy a existir más. Yo no quiero que nadie me llore, ni que nadie me lamente, ni nada. Solamente que se me entierre y nada más. Bajo tierra, si es posible. Quiero que se olviden de mí».
El asesinato del menor
El joven zamir fue encontrado en la madrugada del miércoles 27 en su casa. El cadáver del joven presentaba heridas con arma blanca y mostraba indicios de haberse desangrado.
“Las primeras pericias suponen que falleció desangrado, tenía cortes profundos en el brazo y el cuerpo”, informó la Policía argentina en las observaciones preliminares.
Luego del ataque feroz, el padre intentó suicidarse con una escopeta. Murió horas más tarde en el Hospital Central provincial.
En la investigación se corroboró que, previo al asesinato, el hombre le mandó un video a su exmujer y madre del menor donde le “pedía perdón” por lo que iba a hacer.