Imagen: representación de Europa y China
Durante casi dos décadas, productos de diversos sectores han llegado a Europa bajo la apariencia de cumplir con los estándares de calidad exigidos por la Unión Europea. Sin embargo, este engaño se ha sostenido gracias a la proliferación de un sello casi idéntico al oficial: el logo «China Export». Aunque los consumidores europeos han sido engañados, la Comisión Europea y el Parlamento aún no toman medidas efectivas para resolver la situación.
El falso sello CE y su proliferación
El sello CE, que significa «Conformité Européenne» (Conformidad Europea), es un símbolo de que los productos comercializados en la UE cumplen con los requisitos de seguridad y salud establecidos. Desde su creación en 2006, este distintivo ha sido obligatorio para los productos importados fuera de la Unión. No obstante, los fabricantes chinos han creado un sello falso, el «China Export», que se asemeja tanto al original que es difícil de detectar, a pesar de que la diferencia clave radica en el espaciamiento entre las letras C y E.
Juan Rubén de la Cruz, abogado especializado en derecho mercantil de Legálitas, explica que las autoridades europeas no realizan controles de calidad previos. Son las propias empresas las que certifican que sus productos cumplen con la normativa, asumiendo la responsabilidad de su conformidad. A pesar de este sistema, la UE no tiene la potestad para impedir la venta de productos con un sello CE, siempre que este sea presentado, incluso si es falso.
La vigilancia inexistente y la competencia desleal
El logo «China Export» ha sido utilizado por fabricantes chinos para burlar los controles europeos y vender productos que no cumplen con los estándares. Este engaño afecta a una variedad de artículos, desde juguetes hasta electrodomésticos y material de oficina. Aunque la legislación europea estipula que las autoridades deben asegurar que el marcado CE se use correctamente, en la práctica los controles aduaneros y las inspecciones son inadecuados, lo que permite que estos productos lleguen a los bazares chinos en Europa.
Según De la Cruz, este fraude representa una competencia desleal para los fabricantes europeos y pone en peligro la seguridad de los consumidores. Productos como juguetes y artículos de belleza, que podrían estar mal fabricados o contener piezas peligrosas, son un riesgo para la salud y la seguridad.
La respuesta de la Comisión Europea
A pesar de las múltiples ocasiones en que tanto el Parlamento como la Comisión Europea han sido cuestionados sobre el uso indebido del logo «China Export», las respuestas han sido limitadas. En 2008, la Comisión sugirió que los Estados miembros intensificaran su vigilancia, pero hasta ahora, esto no ha dado resultados. En 2017, el eurodiputado Matteo Salvini planteó el problema nuevamente, obteniendo como respuesta que la protección de la propiedad intelectual es una prioridad en las relaciones de la UE con China.
El abogado no sabe por qué la Comisión no ha tomado medidas más enérgicas, aunque sospecha que el temor a una guerra comercial con China podría ser la razón detrás de esta inacción. Sin embargo, el panorama político ha cambiado. En 2024, con la creciente confrontación comercial entre la UE y China, podría haber una oportunidad para abordar este fraude.