El fundador y director general de Telegram, Pavel Durov, fue detenido el pasado sábado por la noche en Francia, en el aeropuerto de Le Bourget, cerca de París. La detención se produjo cuando Durov, acompañado por su esposa y su guardaespaldas, descendía de su jet privado procedente de Azerbaiyán. Según la cadena TF1, la Gendarmería de Transporte Aéreo (GTA) ejecutó la detención basándose en una orden emitida por delitos asociados con la plataforma de mensajería.
En respuesta a la detención, diputados y senadores rusos han exigido la liberación de Durov, alegando que la acción podría tener motivaciones políticas y que busca obtener acceso a información confidencial de los usuarios de Telegram. Vladislav Davankov, vicepresidente de la Duma, instó al ministro de Exteriores ruso a interceder ante las autoridades francesas. Algunos, como Andréi Svintsov, han sugerido que la detención es parte de una estrategia global occidental para controlar los recursos informativos.
El expresidente ruso Dmitri Medvédev y otros políticos rusos han calificado la detención de Durov como un ataque a la libertad individual y una maniobra para debilitar a Rusia. Yekaterina Mizúlina, jefa de la Liga por un Internet Seguro, incluso ha acusado a Estados Unidos de estar detrás de la detención.
Durov enfrenta una serie de cargos graves, incluidos terrorismo, tráfico de drogas, fraude, lavado de dinero y distribución de contenido pedófilo. La situación es tensa y se espera que el cofundador de Telegram comparezca ante un juez de instrucción en los próximos días.
Telegram, lanzado en 2013 por Pavel y su hermano Nikolái Durov como una alternativa a WhatsApp, ha sido un protagonista importante en la discusión sobre la moderación y seguridad en las plataformas digitales.