Dos activistas de la plataforma ‘Just Stop Oil’ han sido arrestados hoy al mediodía después de rociar con polvo naranja el yacimiento prehistórico de Stonehenge. El incidente ha tenido lugar un día antes de que miles de personas acudan al lugar para celebrar el solsticio de verano.
Las imágenes muestran a dos personas con camisetas que identifican el nombre de la plataforma ‘Just Stop Oil’ aproximándose a las piedras con botes de spray, mientras varios miembros del público intentan detenerlos. A pesar de los esfuerzos de los presentes, muchos de los cuales gritaban “nooooooo”, según recoge la prensa local, varias piedras quedaron cubiertas de naranja.
‘Just Stop Oil’ ha presentado un comunicado en el que destaca que este es el momento de poner en marcha una “acción megalítica”, con el fin de exigir al próximo Gobierno de Reino Unido se comprometa a eliminar gradualmente los combustibles fósiles para el 2030. Una de las detenidas es Niamh Lynch, una estudiante de Oxford que declaró que la quema continua de petróleo, carbón y gas estaba causando “muerte y sufrimiento”. El otro activista detenido, Rajan Naidu, de Birmingham, añadió que “o acabamos con la era de los combustibles fósiles, o la era de los combustibles fósiles acabará con nosotros”.
En el mismo comunicado, la plataforma activista señala que “justo como hace cincuenta años, cuando el mundo utilizó tratados internacionales para desactivar las amenazas representadas por las armas nucleares, hoy el mundo necesita un Tratado de No Proliferación de Combustibles Fósiles para eliminar gradualmente los combustibles fósiles y apoyar a las economías dependientes, trabajadores y comunidades a alejarse del petróleo, gas y carbón”.
El primer ministro de Reino Unido condena esta acción
Así mismo, ‘Just Stop Oil’ ha señalado que: “la harina de maíz naranja que usamos para crear un espectáculo llamativo se lavará pronto con la lluvia, pero la necesidad urgente de una acción gubernamental efectiva para mitigar las consecuencias catastróficas de la crisis climática y ecológica no desaparecerá”.
El primer ministro, Rishi Sunak, condenó lo sucedido calificándolo de “vergonzoso acto de vandalismo”, y el líder del Partido Laborista, Keir Starmer, lo tachó de “indignante”, y exigió que caiga sobre los responsables todo el peso de la ley.