Donal Trump ha vuelto a caer de pie. En el último momento y con un golpe de “suerte” justo cuando se le había terminado el tiempo para abonar la fianza de 464 millones de dólares, el juez le ha permitido pagar una cifra mucho menor en un plazo de 10 días. Esto sucederá de manera provisional mientras apela la sentencia.
Una fianza necesaria
Según fuentes del entorno financiero de Trump citadas por The New York Times, el exmandatario debería ser capaz de reunir los fondos necesarios antes de la nueva fecha límite, lo que le permitiría proteger sus activos durante el proceso de apelación. Este requisito de depósito de fianza mientras se resuelve la apelación es común para garantizar que, en caso de una decisión final en su contra, el ganador del caso pueda cobrar la sentencia.
Este logro es considerado crucial para Trump ya que, de haberse ejecutado la sentencia inicial, habría enfrentado graves repercusiones financieras. La Fiscalía habría comenzado a embargar sus cuentas bancarias y propiedades más valiosas para recuperar el dinero adeudado.
Los abogados de Trump ya habían solicitado al tribunal de apelaciones que eliminara por completo o redujera significativamente la fianza, argumentando que era excesiva e inconstitucional. La suma millonaria correspondía a la determinación del juez Arthur Engoron, quien encontró a Trump culpable de conspirar para inflar su patrimonio con el fin de obtener beneficios fiscales. Los 464 millones de dólares que se le exigían al exmandatario incluían intereses no pagados y ganancias recientes obtenidas por la venta de propiedades.
Otros gastos del exmandatario
Trump podría enfrentar dificultades para reunir la nueva suma exigida, ya que gran parte de su fortuna está invertida en bienes raíces, los cuales rara vez son aceptados como garantía por las compañías de fianzas. Además, recientemente tuvo que hacer frente a un pago de más de 91 millones de dólares por difamación a la escritora E. Jean Carroll.
Con ocho meses de campaña electoral por delante, Trump afronta una serie de gastos considerables, lo que podría afectar su posición en el mundo de los más ricos de Estados Unidos. A pesar de tener una fortuna estimada en 2.600 millones de dólares, aún le faltarían 300 millones para clasificarse entre las 400 personas más ricas del mundo según Forbes, un objetivo importante para él.