Imagen: Líder supremo de Irán-EFE
El líder supremo de Irán, Ali Jamenei, afirmó este lunes que se debe condenar a muerte al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, al considerar que es insuficiente la orden de detención emitida por la Corte Penal Internacional (CPI) contra el mandatario hace unos días. “Debe emitirse una sentencia de muerte para Netanyahu y los líderes criminales de este régimen (Israel)”, dijo Jamenei en un encuentro con basijis (milicia islámica) en Teherán.
Jamenei ha subrayado además que “el enemigo no ha ganado en Gaza y Líbano”. “A día de hoy, el frente de resistencia se está expandiendo todo lo posible. El día de mañana, esta expansión se multiplicará”, ha añadido, en referencia a los grupos armados a los que apoya Irán en la región.
La máxima autoridad política y religiosa de Irán volvió a acusar a Israel de cometer crímenes de guerra en Gaza y Líbano con los ataques a civiles. “El bombardeo de casas de civiles no es una victoria. El enemigo no ha ganado en Gaza ni Líbano, ni ganará”, aseguró. Finalmente, ha asegurado que Israel desaparecerá: “El régimen sionista será eliminado”.
Jamenei ha celebrado la decisión de la CPI
La CPI emitió la semana pasada órdenes de arresto contra Netanyahu y su exministro de Defensa Yoav Gallant por crímenes de guerra y de lesa humanidad en la Franja de Gaza. La decisión fue entonces celebrada por las autoridades políticas y militares iraníes. “El veredicto de la Corte Penal Internacional es una victoria para los pueblos palestinos y libanés”, dijo el viernes el comandante en jefe de la Guardia Revolucionaria de Irán, el general Hosein Salamí. Sin embargo, las autoridades iraníes no se pronunciaron acerca de la orden de detención del CPI contra Mohamed Deif, el jefe militar de Hamás, aliado suyo.
Las órdenes de arresto fueron emitidas contra Netanyahu y Gallant por crímenes de guerra y contra la humanidad perpetrados en el marco de la ofensiva militar lanzada hace más de un año contra la Franja de Gaza en respuesta a los ataques del 7 de octubre.
La CPI no tiene una fuerza policial para detener sospechosos, pero sus 125 Estados miembros, entre los que están Reino Unido y los países de la Unión Europea, tienen la obligación de cooperar con la Corte. Ni Estados Unidos ni Israel son parte de este tribunal.