La movilización récord del casi 70%, las izquierdas y centroderecha macronista consiguió superar a Agrupación Nacional, el partido de derechas nacionalista de Jordan Bardella y Marine Le Pen. El líder del partido derechista encajó una amarga derrota en las urnas, mientras que una coalición inesperada de la izquierda logró la mayoría de los escaños parlamentarios, según las proyecciones de los sondeos publicados el domingo.
Esta elección legislativa representó una trayectoria directa hacia el poder para la derecha patriótica, pero un cambio de última hora volvió a situar a Francia en su tradición de carácter republicano. A pesar de que Le Pen tenía todo a su favor, los resortes del cordón sanitario entraron en juego nuevamente, apartando al Reagrupamiento Nacional del gobierno de forma sorprendente y contundente. No solo Le Pen no logró el primer puesto, sino que fue superada por la coalición de izquierdas y el macronismo, quedando en un tercer lugar.
El efecto del frente republicano funcionó en muchas circunscripciones del país para detener a Agrupación Nacional. El Nuevo Frente Popular, la coalición de izquierdas, será la primera fuerza en la nueva Asamblea Nacional con entre 172 y 192 escaños, según los resultados provisionales. Renacimiento, exponente del macronismo, en una sorprendente recuperación, ocupará el segundo lugar con posiblemente entre 150 y 170 asientos, una pérdida de diputados significativa, pero menor de lo esperado hace una semana. La derecha solo alcanzará el tercer puesto con entre 132 y 152 escaños. En resumen, la configuración de una Francia tripolar se mantendrá en la nueva Asamblea Nacional, pero con una mayoría simple de la izquierda. Los Republicanos, por su lado, salvaron los muebles al llegar cuartos con entre 57 y 67 escaños.
La jornada electoral estuvo marcada por una alta movilización del electorado, lo que demuestra la toma de conciencia sobre la importancia de esta segunda vuelta. La participación se situó en torno al 67%, un récord no visto en Francia en cuatro décadas, que resultó en un auténtico vuelco electoral.
La euforia inicial en la sede de Le Pen tras la primera vuelta contrastaba con la decepción en esta ocasión, donde había más periodistas que representantes del partido.
Gobierno con mayoría simple
Los escenarios que se abren ahora son múltiples y complejos. La primera sesión de la nueva Asamblea Nacional tendrá lugar el 18 de julio, cuando se elegirá al presidente de la cámara. Macron deberá empezar a sondear opciones para primer ministro sin un plazo fijo marcado por la Constitución. Aunque tiene libertad para llamar a cualquier candidato, debe considerar los resultados electorales y las posibles mayorías en el hemiciclo. El único escenario completamente descartado es la temida cohabitación entre Macron y Jordan Bardella, quien criticó que los acuerdos del cordón sanitario dejan a Francia «en manos de la izquierda radical de Mélenchon».
La victoria de la izquierda y la recuperación de Macron proyectan un escenario diferente. Sobre el papel, se podría formar una amplia coalición republicana, pero las diferencias entre centristas e izquierda radical lo hacen muy complicado. La izquierda ya afirmó que el primer ministro no podría ser un macronista, y los centristas piden la exclusión de la izquierda radical de Mélenchon. Las miradas se centran en figuras de la socialdemocracia como Olivier Faure. Si las negociaciones no prosperan, Macron podría verse obligado a buscar una figura tecnócrata para formar un gobierno interino y, eventualmente, convocar elecciones en el plazo mínimo de un año, como marca la carta magna.
