Panorámicas de la Guerra Civil Española y la Guerra de Ucrania/ Reuters
Las denominadas potencias democráticas a lo largo de la historia actuaron de diferentes maneras hacia la amenaza enemiga, lo que tuvo diferentes repercusiones políticas, militares y sociales. Durante la Guerra Civil, se observó una política de apaciguamiento la cual inclinó la balanza hacia el bando franquista, al contrario que en estos momentos en la guerra de Ucrania, dónde se han enviado cantidades inmensas de dinero y de armas para frenar a Rusia. ¿Cómo han afectado estas dos políticas? ¿Qué causó la política de apaciguamiento en España, y basándose en hechos históricos, cómo puede afectar la campaña de envíos masivos en contra de Rusia en la guerra de Ucrania?
1936 y 2022 los paralelismos de una historia que se repite
17 de Julio, 1936. Comienza un levantamiento armado en España para arrebatarle el poder a la Segunda República. A priori, es una Guerra Civil, un conflicto interno por el mando de España. En realidad, se acaba convirtiendo en un conflicto internacional donde los intereses de varias potencias se contraponen y se usa España como patio trasero para probar sus nuevos avances tecnológicos. Además, se convierte en el punto caliente de la batalla europea entre los bandos fascistas y democráticos.
24 de Febrero, 2022. Comienza la invasión rusa de Ucrania con el pretexto de la anexión del territorio ‘de iure’ ruso de las regiones Donetsk y Lugansk. Una supuesta guerra relámpago dónde los ucranianos iban a ser derrotados muy rápidamente, quienes al final han conseguido aguantar la estocada rusa y se han convertido en el símbolo democrático y del anti-expansionismo ruso.
La historia se repite, el porcentaje de tensión global aumenta sin descanso. Vivimos en un mundo donde la guerra parece formar parte de nuestro ADN, y las clases políticas manipulan y empujan a sus ciudadanos hacia la destrucción. Si se analizan las últimas declaraciones del bando ‘democrático’ se observan alusiones a la guerra, y un cambio del discurso pacifista europeo a uno mucho más beligerante. Las manifestaciones de líderes como Macron, presidente de Francia,
de “no se puede ser débil” o “todas las opciones son posibles”, refiriéndose a una posible intervención militar en la guerra de Ucrania, corroboran este punto de vista.
Apaciguamiento o beligerancia, dos posiciones que tienen un desenlace final: La guerra
Esta situación era diferente en 1936 cuando España estaba sumida en una guerra civil y el bando franquista era apoyado por los nazis alemanes y los fascistas italianos, mientras los republicanos recibieron una franca respuesta a la petición de auxilio a sus compañeros demócratas el Reino Unido y Francia. Una política de apaciguamiento por temor a enfadar al ‘Führer’, una política de acceder a todas sus pretensiones con tal de que no empiece otra Gran Guerra en Europa. El
resultado todos lo sabemos. 1936 y su política de apaciguamiento, dio pie a la escalada de las tensiones mundiales y como
muchos historiadores afirman la Guerra Civil fue la preparatoria y el antecedente de la Segunda Guerra Mundial.
Hoy en día, la posición de las potencias democráticas es bastante más radical hacia lo que llaman el expansionismo ruso. Bastantes miles de millones de euros y bastantes toneladas de bombas enviadas por dichos países. ¿Y el resultado esta vez? Vamos en la misma dirección, una escalada global dónde presidentes y generales se reúnen para discutir la posible intervención occidental en una guerra que dicen ser también nuestra. El mundo como lo conocemos se tambalea y las
posiciones que se deberían tomar son de diálogo y búsqueda de la paz, y no de incremento de gasto en materias militares y de reuniones para debatir sobre si la intervención sería una buena opción porque la respuesta está clara. No
