El líder del Partido Laborista británico, Keir Starmer, durante la presentación del programa electoral. / JON SUPER / AP
El Partido Laborista británico, liderado por Keir Starmer, lanzó hace unas semanas un programa electoral en el que apunta por el crecimiento económico. “Lo que estoy presentando es un plan serio. Pensado cuidadosamente, y que no contiene conejos en la chistera. Me presento como candidato a primer ministro, no a dirigir un circo”, decía Starmer durante la presentación de su programa.
Si sucede lo que se repiten en todas las encuestas, este 4 de julio Starmer podría convertirse en el próximo ganador de las elecciones generales en el Reino Unido. Sus aliados justifican la excesiva moderación y la tibieza de sus propuestas económicas y fiscales en la necesidad de no espantar a su electorado que todavía recuerda cómo el laborismo es escoró en exceso hacia la izquierda durante la era de Jeremy Corbyn.
Estos son los puntos más importantes del Partido Laborista
El partido liderado por Starmer incluye en su programa electoral inversiones para la construcción de 1,5 millones de viviendas y la modificación del sistema de planificación urbanística para promover el desarrollo de infraestructuras y estimular la economía. El líder laborista ha vuelto a presentar un partido que defiende a las empresas y la creación de empleo.
Los planes del Partido Laborista respecto a la recaudación fiscal, aspiran a incrementarla en un nivel moderado, apenas unos 10.000 millones de euros. Starmer ha prometido acabar con la exención a las grandes fortunas de los no residentes en el Reino Unido, volver a cobrar el VAT (el IVA) en las matrículas de los colegios privados y gravar las ganancias del capital privado. Básicamente, esas medidas serán la fuente de la recaudación extraordinaria, porque un futuro Gobierno laborista, según insiste el candidato, no subirá el impuesto sobre la renta ni el de sociedades.
Los laboristas han lanzado propuestas que requerirán un mayor gasto público, entre ellas la realización de 40.000 consultas adicionales a la semana en la sanidad pública o la contratación de 6.500 profesores. Unos planes que pretenden financiar con medidas como el combate a la evasión fiscal o con los impuestos a los beneficios extraordinarios de las empresas petroleras y energéticas y que, aseguran, no supondrán una mayor carga fiscal para las familias.
El líder laborista reconoció las dificultades y ha evitado hacer grandes promesas para los primeros meses de su mandato, en caso de ganar las elecciones. «No me malinterpretéis, estos desafíos no desaparecerán de un día para otro si ganamos. No tenemos una varita mágica. Pero lo que sí tenemos, y lo que este programa representa, es un plan creíble a largo plazo. Un plan basado en cimientos estables y con primeros pasos bien definidos», dijo Starmer, quien ha acusado al Partido Conservador de hacer promesas que no puede cumplir.
Más allá de la propuesta económica, el programa del Partido Laborista incluye la creación de una empresa nacional de energía para abaratar las facturas de la luz –basada en el desarrollo de energías renovables–, la lucha contra la inseguridad ciudadana y la creación del Comando de Seguridad de Fronteras, destinado a combatir los grupos criminales que trafican con personas y que establecen rutas clandestinas para facilitar la llegada irregular de inmigrantes a través del Canal de la Mancha.
La estrategia laborista pasa por apelar tanto a los grandes empresarios como a las familias trabajadoras. Una apuesta que por ahora le está dando buenos resultados: las encuestas mantienen al partido como el claro favorito para ganar las elecciones, con cerca del 44% de los votos, frente a un Partido Conservador que se sitúa cerca del 20% y que siente cada vez más cerca la amenaza de una derecha populista en auge.