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Las elecciones locales en Turquía se han convertido en un importante enfrentamiento para el presidente Recep Tayyip Erdogan, quien esperaba que estos comicios fueran determinantes. Sin embargo, hoy, el país se ha enfrentado resultados inesperados tras las elecciones locales celebradas apenas medio año después de las últimas presidenciales.
Pero este domingo, la oposición turca ha salido airosa del desafío, logrando una victoria significativa. El Partido Republicano del Pueblo (CHP), principal partido opositor al Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) de Erdogan, ha obtenido una clara victoria, asegurando el control de las tres principales ciudades del país: Estambul, Ankara e Izmir.
Estambul en manos de la oposición
El foco de atención estaba en Estambul y en su actual alcalde opositor, Ekrem Imamoglu. Su victoria era incierta, especialmente después de la intensa campaña personal de Erdogan en su contra. Estambul, una metrópolis de 17 millones de habitantes, es considerada de gran importancia política en Turquía, donde se dice que quien controla la ciudad controla el país. Sin embargo, esta vez la ecuación falló nuevamente para Erdogan, quien perdió la ciudad, pero aún mantiene el control nacional hasta al menos 2028.
En esta línea, Imamoglu ha logrado un sólido 50% de los votos, con más de diez puntos de ventaja sobre el candidato de la oposición, Murat Kurum, quien obtuvo el 40% de los votos.
El Partido Republicano del Pueblo
Los expertos consideran que la carrera política de Ekrem Imamoglu está en ascenso. Las miradas están puestas en él, siendo muy popular y reconocido en todo el país, para enfrentarse a Erdogan en las próximas elecciones presidenciales dentro de cuatro años.
Por su parte, el presidente ha reconocido implícitamente la derrota, declarando que las elecciones se han llevado a cabo democráticamente y que el pueblo ha enviado un mensaje a través de sus votos. Sin embargo, destaca que este domingo no marca un final, sino un giro en el camino político del país.
¿Qué ocurre a nivel nacional?
A nivel nacional, las elecciones han resultado en un empate técnico entre los partidos progubernamentales y la oposición, a pesar de que las principales ciudades del país han caído en manos del CHP. Esta es una dura derrota para Erdogan, ya que es la primera vez que su partido no obtiene la mayoría en unas elecciones locales desde que está en el poder.
Las elecciones han sido vistas como un cambio histórico en la política turca, con un claro mensaje de la población a favor de la democracia y el Estado de derecho. Sin embargo, en las regiones de mayoría kurda, el partido izquierdista pro-kurdo, DEM, ha emergido como el vencedor, a pesar de la persecución política y judicial que enfrenta.