En un discurso contundente durante la Cumbre de Finanzas Islámicas de Albaraka en Estambul, el presidente Recep Tayyip Erdoğan condenó el sistema financiero global actual por perpetuar desigualdades y promovió las finanzas islámicas como una solución viable. Subrayó la alarmante concentración de riqueza, donde el 1% más rico controla casi la mitad de los activos mundiales, argumentando que esta disparidad socava la estabilidad y la justicia globales.
Erdoğan enfatizó que las instituciones internacionales han fracasado en abordar las crisis humanitarias, mencionando específicamente el conflicto devastador en Gaza. Criticó la inacción de la comunidad global, señalando que las estructuras diseñadas para mantener el orden global no son efectivas en la protección de los oprimidos. Con más de 35,800 palestinos muertos en Gaza, esta situación refleja claramente esta insuficiencia.
El presidente turco denunció que el sistema capitalista perpetúa la desigualdad, beneficiando a los poderosos y despojando a los vulnerables. Instó a rediseñar el sistema global para reflejar las realidades contemporáneas, promoviendo un orden económico más justo e inclusivo. En este contexto, Erdoğan destacó el papel crucial de Turquía en el puente entre los mercados financieros tradicionales e islámicos. Turquía tiene como objetivo aumentar la participación de las finanzas islámicas en los activos bancarios del país del 9% al 15%.
Las finanzas participativas, que se alinean con los principios islámicos, se presentan como una alternativa viable que puede impulsar el desarrollo económico mientras respeta las sensibilidades religiosas. Erdoğan subrayó la importancia de integrar los ahorros informales en la economía formal a través de productos financieros innovadores. Además, anunció planes para una nueva legislación que apoye el crecimiento de las finanzas participativas, señalando un compromiso con el desarrollo sostenible y justo.
La Cumbre de Finanzas Islámicas de Albaraka reunió a más de 1,500 participantes de 75 países, destacando el potencial de Estambul como un centro financiero global. Erdoğan reafirmó el compromiso de Turquía de fomentar un entorno económico equilibrado y justo, invitando a inversores internacionales a participar en esta visión y, seguidamente, resaltó que Turquía tiene la intención de continuar sus esfuerzos para convertir a Estambul en un centro líder tanto en finanzas convencionales como islámicas, reforzando así su papel como un jugador económico clave en el escenario global.
El presidente también mencionó los principios fundamentales de las finanzas islámicas, que prohíben la usura y promueven el reparto justo de riesgos y beneficios. Destacó que estos principios podrían ser un modelo para crear un sistema financiero más equitativo y sostenible. Al enfatizar la moralidad y la ética en las transacciones financieras, Erdoğan sugirió que las finanzas islámicas podrían ofrecer soluciones a los problemas que el capitalismo actual no ha podido resolver.
El deber de la banca islámica
Erdoğan concluyó su discurso señalando que las finanzas islámicas no solo son un deber religioso, sino también una oportunidad económica. Afirmó que Turquía continuará liderando esfuerzos para promover este sistema financiero alternativo, buscando atraer más inversión internacional y fomentar una economía más inclusiva y resiliente. En este sentido, la expansión de las finanzas islámicas se ve como un paso importante hacia un futuro más justo y equitativo, no solo para Turquía, sino para la comunidad global en su conjunto.
Este evento, y el discurso de Erdoğan, subrayan un creciente interés y compromiso con las finanzas islámicas como un medio para abordar las desigualdades económicas globales y promover un desarrollo más sostenible y justo.
