Este jueves, en Italia, Estados Unidos y Ucrania firmaron un importante acuerdo de seguridad bilateral. Este acuerdo compromete a Washington a apoyar a Ucrania durante los próximos 10 años, con el objetivo de fortalecer su capacidad de defensa y disuadir futuras agresiones. Como parte de este compromiso, Estados Unidos enviará tropas estadounidenses, financiará nuevas armas y municiones, ampliará el intercambio de inteligencia, continuará entrenando a las tropas ucranianas tanto en Europa como en Estados Unidos, e invertirá en la base industrial de defensa de Ucrania.
En la práctica, este acuerdo establece una forma de ayuda militar mutua fuera del marco de la OTAN, mientras Ucrania trabaja hacia su plena integración en la Alianza Atlántica. El presidente Volodímir Zelenski, había solicitado previamente a los líderes del G7 la aprobación de un «Plan Marshall» para la recuperación de Ucrania tras la guerra. Zelenski subrayó la necesidad de un plan claro para la reconstrucción de Ucrania, similar al plan de reconstrucción multimillonario para Europa después de la Segunda Guerra Mundial.
Aunque el presidente Joe Biden no se comprometió a más fondos adicionales a los ya prometidos en el marco del G7, enfatizó que «la paz duradera para Ucrania debe estar respaldada por su capacidad para defenderse ahora y disuadir futuras agresiones en cualquier momento». Zelenski, por su parte, recordó que Rusia representa una «amenaza global real» y destacó que el acuerdo de seguridad con Estados Unidos es un pacto sobre «cómo nuestras naciones se harán más fuertes». Añadió que el acuerdo no solo busca garantizar una paz sostenible, beneficiando así a todos en el mundo, sino que también actúa como un «puente» hacia la membresía de Ucrania en la OTAN.