El domingo 22 de diciembre se reportó la caída de un F-18 estadounidense, el crucero estadounidense USS Gettysburg derribó por error un cazabombardero F/A-18F Super Hornet que acababa de despegar del portaaviones USS Harry Truman, en el Mar Rojo. La tripulación de la aeronave biplaza, un piloto y un navegante, no solo lograron eyectarse de manera segura, sino que también fueron rescatados rápidamente por los medios de emergencia de la Marina de los Estados Unidos. Una oportunidad que no todos los pilotos tienen. Uno de los dos habría sufrido «heridas leves», según los primeros elementos facilitados por el Pentágono.
«Este incidente no se debió al fuego enemigo», comentó sobriamente el mando estadounidense en la región, el US Centcom, anunciando que se está llevando a cabo una «investigación exhaustiva». El fuego amigo tuvo lugar en medio de la noche, alrededor de las 3 a.m. hora local, cuando el crucero USSGettysburg, parte del grupo de ataque del portaaviones formado alrededor del portaaviones nuclear USSHarry Truman con la tarea de coordinar la defensa aérea, confundió el avión amigo con una amenaza inminente. En estas situaciones, los buques a cargo de la defensa aérea tienen solo unos segundos para decidir un disparo, lo que no deja espacio para controles adicionales.
Ataques de drones hutíes que fueron derribados el día anterior
El sistema de Identificación de Amigos y Enemigos (IFF, por sus siglas en inglés) a bordo de todas las aeronaves militares debería haber evitado el incidente, pero las aeronaves estadounidenses no siempre lo activan en la región porque puede ayudar a revelar su posición. En febrero, tal y como recuerda el portal especializado Opex360, la fragata alemana Hesse disparó dos misiles contra un dron estadounidense que no había activado su IFF, pero un fallo técnico del lado alemán salvó a la aeronave al tiempo que creaba una controversia sobre la capacidad operativa real de los barcos alemanes.
Este nuevo incidente ilustra la extrema tensión en la zona, donde los barcos occidentales son atacados regularmente por drones y misiles disparados por los rebeldes hutíes desde Yemen. El grupo respaldado por Irán afirmó el domingo que había derribado el avión estadounidense, lo que el Pentágono negó. El día anterior, el 21 de diciembre, el Centcom estadounidense anunció que había llevado a cabo incursiones de precisión contra almacenes hutíes y un centro de control de misiles en Yemen, lo que hizo que la situación fuera particularmente tensa para las fuerzas estadounidenses en la región.
«Llevamos a cabo estos ataques para reducir la capacidad de los hutíes de atacar contra buques de guerra y buques comerciales estadounidenses», dijo el comando regional del Pentágono, y agregó: «Durante la operación, múltiples drones suicidas y un misil antibuque fueron derribados sobre el Mar Rojo». Esto es suficiente para que las unidades a cargo de la defensa aérea del portaaviones Harry Truman estén particularmente atentas. El grupo de ataque del portaaviones llegó a la zona hace una semana, según CNN.
El incidente del 22 de diciembre recuerda a otro mucho más trágico. El 3 de julio de 1988, el crucero estadounidense USSVincennes confundió un Airbus A300 de Iran Air con un caza iraní que había despegado justo después de él. Los dos misiles tierra-aire RIM-66 Standard lanzados derribaron la aeronave civil sobre el Golfo Pérsico, causando la muerte de los 290 pasajeros y miembros de la tripulación.