Más de 90 de los principales empresarios del país, incluidos directores ejecutivos y exlíderes de importantes corporaciones, han declarado su respaldo a la vicepresidenta Kamala Harris en su candidatura para la presidencia de Estados Unidos. Harris, quien se enfrenta a una reñida contienda con el expresidente republicano Donald Trump en las elecciones del 5 de noviembre, ha conseguido un apoyo de figuras clave del mundo empresarial, una señal clara de la confianza que despierta en su capacidad para liderar la economía más grande del mundo.
Empresarios de peso detrás de Harris
Entre los signatarios de la carta de apoyo a Harris se encuentran líderes de algunas de las empresas más influyentes de Estados Unidos. Entre ellos, destacan Mark Cuban, multimillonario y propietario de los Dallas Mavericks, James Murdoch, exdirector ejecutivo de 21st Century Fox, y la legendaria estrella del baloncesto y empresario Earvin «Magic» Johnson. Laurene Powell Jobs, viuda del cofundador de Apple Steve Jobs y directora del Emerson Collective, también ha brindado su apoyo a la vicepresidenta, al igual que exlíderes de empresas de renombre como PepsiCo, Ford Motor Co, Yahoo!, Merck y Starbucks.
Este grupo, compuesto por ejecutivos del ámbito del deporte, la inversión y la tecnología, han declarado en su carta que Harris «seguirá impulsando políticas justas y predecibles que respalden el Estado de derecho, la estabilidad y un entorno empresarial sólido». Además, confían en que la demócrata continuará promoviendo la inversión y el crecimiento económico en Estados Unidos, factores clave en la actual contienda electoral.
Visión económica de Harris
Uno de los principales argumentos en favor de la candidatura de Kamala Harris es su historial y su enfoque económico. Su plan de gobierno apunta a un equilibrio entre el crecimiento empresarial y el bienestar de los ciudadanos. Entre sus principales propuestas destacan la reducción de impuestos para la mayoría de los estadounidenses, medidas para combatir la especulación en los precios de los alimentos, un refuerzo del mercado de la vivienda y la implementación de nuevos créditos fiscales por hijo, una iniciativa que busca aliviar las cargas de las familias de clase media y trabajadora.
Sin embargo, Harris también ha planteado aumentar la tasa impositiva corporativa del 21% al 28%, lo que genera un debate entre los sectores empresariales. A pesar de esto, la vicepresidenta ha conseguido el respaldo de importantes grupos laborales, quienes ven en su plan una oportunidad para estimular el empleo y mejorar las condiciones de los trabajadores en todo el país.
Entre sus propuestas más innovadoras, Harris ha prometido abrir tierras nacionales para la construcción masiva de viviendas, con el fin de enfrentar la crisis habitacional en el país. Además, se ha comprometido a declarar una emergencia nacional para eliminar regulaciones que obstaculizan proyectos energéticos, lo que podría acelerar la transición hacia fuentes de energía más limpias y sostenibles.
Por su parte, el expresidente Donald Trump ha mantenido una postura firme en cuanto a la reducción de impuestos y la eliminación de regulaciones empresariales. Sin embargo, algunos sectores empresariales y financieros ven con preocupación ciertas políticas propuestas por el republicano. Según un análisis de Goldman Sachs, la victoria de Trump podría tener un impacto negativo en la economía estadounidense, principalmente debido al posible incremento de los aranceles a las importaciones y políticas migratorias más estrictas. Estos factores podrían afectar tanto el crecimiento del PIB como el empleo, en contraste con la previsión de un «leve impulso» bajo una presidencia de Harris.