Laure Zacchello, una madre de 43 años originaria del País Vasco francés, ha estado desaparecida desde el 21 de junio. En este contexto, se han realizado búsquedas para encontrar a su esposo, un hombre de cuarenta años, quien ha sido acusado de homicidio voluntario y se encuentra encarcelado. Esta es toda la información disponible sobre el caso hasta ahora.
Ese día, Laure, que trabajaba como terapeuta, llevó a sus tres hijos, de 5, 7 y 9 años, a la escuela local. Su marido, Alexis J., había indicado a su madre, que vive cerca, que recogiera a los niños al finalizar la jornada escolar. Sin embargo, al no tener nada que hacer con sus nietos, intentó comunicarse con su hijo, quien no respondió. Fue su hermana quien, preocupada, lo encontró inconsciente en la terraza del hogar conyugal, con una lesión en la cabeza, un bloque de cemento a un lado y varios moratones y rasguños en el cuerpo.
En la vivienda no había indicios de robo ni de forcejeo, y Laure Zacchello seguía sin ser encontrada. No obstante, sus pertenencias personales, incluidos sus dos teléfonos móviles, su ordenador, su bolso y su vehículo, permanecían intactas en el lugar. A pesar de los esfuerzos de búsqueda, que incluyeron excavaciones exhaustivas en los montes vascos, la investigación no ha arrojado resultados.
El marido es el principal sospechoso
La justicia no tardó en acusar a Alexis J. El 26 de junio, Jérôme Bourrier, fiscal de Bayona, abrió una investigación judicial por el homicidio voluntario de su cónyuge. La investigación llevada a cabo por la policía judicial revelará una verdadera pesadilla matrimonial. Primero, un divorcio complicado que comenzó a principios de año. «Él nunca me dijo que se estaban separando, a diferencia de ella», dice un agente inmobiliario que había tasado su casa y según el cual «Laure vivía aquí y allá y buscaba un alquiler».
También resurgió una violenta discusión. A principios de febrero, Alexis J., quien no pudo soportar la separación, presuntamente intentó arrebatarle el bolso a su esposa y la mordió en el proceso. Estos hechos fueron denunciados en la comisaría de policía de la vecina localidad de San Juan de Luz y encontrados por escrito.
Laure también parecía tener mucho miedo de Alexis. En varias ocasiones en los medios de comunicación, su familia describe el infierno vivido por la madre. Durante las noches que pasaba en la casa, «dormía con su bolso y sus pertenencias boca abajo», dice Émilia Tauzin, su mejor amiga, en las columnas del diario Sud Ouest. La situación era tan grave que se había provisto de una cámara portátil para monitorear su entorno. Asimismo, se habían reportado robos en su oficina y el hackeo de su buzón de correo. Según los expertos forenses, se habrían encontrado rastros de sangre en la vivienda de la pareja.
Alexis J, un perfil peligroso
Por último, los investigadores desvelaron el inquietante perfil de Alexis J., un profesor apasionado de las armas que poseía una pistola automática y una metralleta, dispuestas en dos armarios de su dormitorio. De este ex oficial de reserva de la gendarmería, tirador deportivo y cazador, se dice que tiene varios escondites en las inmediaciones de su casa.
Tantas «pistas serias y concordantes», según la fiscalía, que convierten a Alexis J. en el sospechoso número uno, sospechoso de haber organizado el asesinato. Puesto en prisión preventiva en el centro penitenciario de Mont-de-Marsan, el hombre ha permanecido mudo desde entonces, abogando por la amnesia de aquel famoso 21 de junio.
Hoy, en Urrugne, la desaparición de esta ex enfermera reconvertida en terapeuta en «psicogenealogía y constelación familiar» deja huellas. «Había visto un mensaje de Laure en las redes sociales en el que decía que temía por su vida y en ningún momento le pregunté si necesitaba ayuda. Todos estamos en nuestro día a día, no hacemos nada. Y entonces es demasiado tarde«, se siente culpable una madre cuyos hijos fueron a la escuela con Laure’s.
En el área de artesanía donde tenía su práctica, a unos cientos de metros de su casa, el vacío que dejó aún anudadas las gargantas de quienes la conocieron. «Era muy gentil, empática, sonriente, apasionada por su trabajo. Dio tanto por los demás… Imaginar que podría haber sido asesinada es terrible», dijo Christine Guillet, una de sus colegas.
Sin respuestas
En el corazón del pequeño pueblo vasco francés, todo el mundo describe a la mujer como una «madre loba», «cariñosa». Una mujer fuerte y discreta, que no dejaba ver nada de lo que estaba pasando. «Sentimos que era malo y tenso. Nos dijo que con su marido era muy complicado, pero nada más», cuenta una madre con la que practicaba hip-hop.
Hoy, sus antiguos compañeros de baile quieren entender. «Como mujer y como madre, deja tristeza e incomprensión. Esperamos que la verdad salga a la luz. Aquí, la esperanza de encontrar a Laure con vida es «frágil», pero rezan para encontrar su cuerpo. Para que finalmente «se pueda producir el duelo».
En las Landas, en Bahus-Soubiran, su ciudad natal, sus familiares también esperan respuestas. «Es un caso lleno de enigmas, pero el foco está en una persona», dice Frédéric Dutin, abogado de Michel y Anne-Marie Zacchello, los padres de Laure, que ahora tienen la custodia de sus tres nietos. «Todo lo que tiene que hacer es girar la llave de la cerradura y, detrás de la puerta, tendremos la verdad. Tendrá que darnos explicaciones sobre las pruebas en su contra». El hombre de cuarenta años será juzgado ante el juez de instrucción de Bayona el 12 de noviembre. Mientras tanto, la policía judicial sigue buscando a Laure.
