Ayer, Argelia concluyó su jornada electoral presidencial con un desarrollo considerado «bueno» por los candidatos, a pesar de una notable caída en la tasa de participación. La jornada se extendió una hora más de lo previsto, con el cierre de los colegios electorales movido a las 20:00 horas (hora local), en lugar de las 19:00 horas, debido a las altas temperaturas que afectaron la participación ciudadana. La Autoridad Nacional Electoral Independiente (ANIE) justificó esta medida señalando que las temperaturas extremas impidieron a muchos electores desplazarse a los centros de votación durante las horas más cálidas del día.
A las 17:00 horas (hora local), la tasa de participación se situó en un 26,45% a nivel nacional y en un 18,31% entre la comunidad argelina en el extranjero. Estas cifras reflejan una disminución de siete puntos respecto a las elecciones presidenciales de 2019, cuando la participación fue del 33,06%. No obstante, tanto el equipo del actual presidente Abdelmayid Tebune como los otros candidatos expresaron su satisfacción con el desarrollo de la jornada electoral.
Samir Aggoune, coordinador de comunicación de la campaña de Tebune, celebró que el escrutinio se realizó en condiciones adecuadas, permitiendo a los ciudadanos elegir libremente a su próximo presidente. Por su parte, el equipo de campaña de Youcef Aouchiche, candidato del Frente de Fuerzas Socialistas (FFS), también alabó el «buen desarrollo» de la jornada, a pesar de algunos «descuidos aislados» que no afectaron el proceso.
El jefe de campaña de Abdelaali Hassani Cherif, del Movimiento de la Sociedad por la Paz (MSP), mencionó «algunos incidentes aislados» que fueron reportados a la ANIE, aunque destacó que la votación transcurrió en un «ambiente normal» con una afluencia de ciudadanos serena.
Abdelmayid Tebune, actual presidente de Argelia y principal candidato a la reelección, sigue siendo el favorito en este momento electoral. Con 78 años, Tebune llegó al poder en 2019, tras la dimisión del anterior presidente Abdelaziz Buteflika en medio de protestas masivas que demandaban su salida y la finalización de un periodo de transición política.
El clima de la jornada electoral estuvo marcado por nuevos llamamientos al boicot por parte de la oposición, quienes buscan que el malestar popular se refleje en una baja participación. A pesar de estos esfuerzos, la jornada se cerró sin contratiempos significativos, evidenciando la estabilidad del proceso a pesar de los desafíos enfrentados.