La Starliner Calypso ha aterrizado en la Tierra sin la tripulación con la que subió en junio a la Estación Espacial Internacional (ISS). El miércoles, la propia NASA admitió que hubo “tensión” durante las reuniones con ejecutivos de Boeing sobre cómo traer de regreso a los dos astronautas varados en la ISS. En una rueda de prensa que tuvo lugar este jueves, el organismo también confirmó sus planes para separar la problemática nave a las 0:04 de este sábado, aunque sus portavoces afirmaron que se muestran “confiados” en que la cápsula se posará sin problemas 5 horas y 59 minutos después.
Pese a ello, si algo ha dejado claro esta última comparecencia es que la NASA ha perdido la confianza en esta Starline para poder traer de regreso a los astronautas, Butch Wilmore y Suni Williams. De hecho, la agencia espacial estadounidense contrató a SpaceX para rescatar a los astronautas debido a preocupaciones de seguridad con la cápsula Starliner de Boeing, que sufrió fallas en los propulsores y fugas de helio en su camino al puesto orbital.
Wilmore y Williams se lanzaron en junio para lo que estaba previsto que fuera una estadía de aproximadamente una semana, pero ahora no se espera que regresen a la Tierra hasta febrero de 2025, cuando retorne la misión SpaceX Crew-9.
Boeing había insistido públicamente que confiaba en su nave espacial, pero la ausencia de sus ejecutivos en las recientes conferencias de prensa de la NASA había alimentado las especulaciones sobre una ruptura.
Está previsto que Starliner parta de la ISS el viernes por la noche, hora del este de EEUU, antes de realizar un aterrizaje asistido por paracaídas y bolsas de aire en el oeste de los Estados Unidos temprano el sábado por la mañana.
Un extraño ruido en la nave
El clima de desconfianza que se ha extendido hacia la Starliner, tanto en la comunidad aeroespacial como en la opinión pública, quedó patente esta semana, con las noticias de que el astronauta Butch Williams había detectado desde la ISS unos extraños pulsos de sonido procedentes de la nave de Boeing. El famoso astronauta canadiense Chris Hadfield —ya retirado— se apresuró a declarar que “no es el tipo de ruidos que le gustaría oír en mi nave”.
Ante la inquietud desatada, la NASA se vio obligada a emitir un comunicado en el que aseguró que los sonidos “los emite un altavoz de la Starliner debido a un ajuste de configuración de audio entre la nave y la ISS. Es algo común. […] Este retorno del altavoz no tiene ningún impacto en la tripulación ni en la estación ni en la nave, incluyendo las operaciones de desacople previstas”.