Hoy lunes los colegios de Rosario han permanecido cerrados debido a la insostenible violencia en la ciudad debida al narcotráfico se está convirtiendo en insostenible. El último asesinato tuvo lugar ayer, cuando un sicario disparó tres veces a un playero en una estación de servicio en la zona oeste de la ciudad.
Las cámaras de videovigilancia
La difusión de las imágenes captadas por las cámaras de seguridad de la estación de servicio muestra el escalofriante ataque Este incidente, el cuarto en solo cinco días, ha sumido a la población en un profundo estado de temor.
En el material audiovisual se observa claramente el momento en que la víctima se encuentra dentro de la cabina, cuando de repente se percata de la presencia de un sicario que lo apunta con un arma. A pesar de su intento por retroceder, se ve acorralado sin posibilidad de escape. En cuestión de segundos, el asesino, cuya identidad permanece oculta tras una campera con capucha, lleva a cabo el fatal desenlace y huye del lugar a toda prisa.
Otro ángulo de las cámaras de seguridad, esta vez desde el interior de la cabina y con audio incluido, muestra a la víctima ocupada organizando tickets y dinero, mientras tararea una canción. En un instante, el sicario irrumpe en la escena y dispara una ráfaga mortal de tres tiros, acabando con la vida de la persona de manera fulminante.
Amenazas y narcotraficantes
Antes de la convocatoria al comité de crisis, liderado por el gobernador de Santa Fe, Maximiliano Pullaro, y la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, una serie de amenazas dirigidas al mandatario provincial y un nuevo crimen perpetrado, se interpretan como una demostración de fuerza por parte de los grupos narcotraficantes que operan desde las cárceles de la provincia. Estos grupos, mediante actos violentos, buscan influir en las políticas estatales dentro de las prisiones.
El sicario dejó una nota firmada dirigida al gobernador junto a al mensaje «Zona norte, sur y oeste. Unidos». Aunque las autoridades aún no han confirmado la identidad de los perpetradores, tanto Pullaro como Bullrich coinciden en calificar estos actos como «terroristas». Este mensaje sugiere la posibilidad de que diversas bandas criminales hayan unido fuerzas para enfrentar las políticas de mayor rigor y restricciones implementadas en las cárceles. Esta teoría se encuentra entre las consideraciones de los funcionarios gubernamentales.