Félix Tshisekedi // Amanuel Sileshi/AFP
El golpe se produjo durante la madrugada del 19 de mayo de 2024, en ese contexto un grupo armado de aproximadamente 50 hombres atacó las residencias de altos funcionarios y durante unos momentos ocupó el Palacio de la Nación en Kinshasa, según informes de diversas fuentes.
La operación fue liderada por Christian Malanga, un político congoleño radicado en Estados Unidos, autodenominado «Presidente de Nuevo Zaire». Malanga, que ha habitado en EE.UU. desde pequeño, ya había amenazado anteriormente con derrocar al presidente, Félix Tshisekedi. Sin embargo, en el momento del enfrentamiento fue abatido junto con tres de sus seguidores. Los atacantes fueron identificados como una mezcla de congoleños y extranjeros, incluidos ciudadanos británicos y estadounidenses, incluido el hijo de Malanga, Marcel. Estos asaltantes portaban en su equipamiento la bandera de Zaire, el antiguo nombre de la RDC.
El ataque comenzó de madrugada, a las 4:00 a.m., en el distrito de Gombe, una zona de Kinshasa donde se pueden encontrar embajadas y otras instituciones gubernamentales. Los asaltantes, ataviados con uniformes de camuflaje, irrumpieron en las residencias del primer ministro, el ministro de Defensa y otro político. Tras un enfrentamiento en la residencia del ministro de Economía, Vital Kamerhe, los atacantes se dirigieron al Palacio de la Nación, donde fueron finalmente detenidos por las fuerzas de seguridad del Estado.
Las secuelas del golpe
El intento de golpe ha generado reacciones tanto dentro como fuera del país. La embajada de Estados Unidos en Kinshasa ha expresado su disposición a cooperar plenamente con las autoridades congoleñas y garantizar la rendición de cuentas de cualquier ciudadano estadounidense implicado. Por su parte, el presidente de la Comisión de la Unión Africana, Moussa Faki, condenó enérgicamente el intento de golpe y elogió la rápida respuesta de las fuerzas de seguridad congoleñas.
Por otro lado, a pesar de la versión oficial, muchas preguntas han quedado sin respuesta. Como, por ejemplo, las intenciones exactas de los conspiradores, así como los detalles de su apoyo y financiamiento, que siguen siendo poco claros. Sumado a esto, la participación de actores extranjeros en el complot también ha suscitado especulaciones sobre posibles implicaciones internacionales.
La población congoleña ha respondido con inquietud e incertidumbre, muchos ciudadanos temen que este incidente pueda desencadenar una nueva ola de violencia y represión en el país, que se sumaría a los múltiples achaques del país, incluyendo conflictos armados en el este, corrupción y una economía débil.
Además, contrasta el rápido desmantelamiento del intento de golpe por parte de las fuerzas de seguridad, con las vulnerabilidades en la seguridad del país que permitieron el golpe. La participación de actores extranjeros y la fácil penetración de zonas altamente protegidas son cuestiones que plantean serias preocupaciones sobre la finalidad de la operación y la estabilidad futura del país.
