La pasada a jornada en Francia ha sido una marcada por las sorpresas, al menos para los líderes franceses. La amplia victoria de la AN, con un 33% de los votos emitidos, deja en claro una situación; la población francesa está buscando un cambio.
Los problemas relacionados con la inmigración, las dificultades de la integración cultural, así como la percepción de los franceses de que su país está perdiendo fuerza en el contexto internacional, han fomentado el crecimiento masivo de la formación antaño encabezada por Marine Le Pen. Sea esto correcto o no, lo cierto es que ya es innegable, y los otros partidos del arco parlamentario han reaccionado de una forma habitual, pero poco esperada.
En este caso, parece ser que Macron-liberal- y el Nuevo Frente Popular-socialista- pretenden llegar a algún tipo de pacto de no agresión ante el crecimiento y posible mayoría absoluta de AN. Macron ha clamado por una alianza de “republicanos” y ha retirado a sus candidatos en aquellas circunscripciones en las que ha quedado tercero. Por su parte, Jean-Luc Mélenchon, siendo más crítico con Macron, ha afirmado que la derrota de este último es “indiscutible”, aunque también ha abierto la puerta a una posible alianza y ha retirado sus candidatos en los mismos términos que Macron.
Pese a esto, este pacto se antoja no sólo difícil, sino contra natura. ¿Cómo será posible, siendo realistas, aunar a electorados tan completamente diferentes que, de hecho, llevan profundamente enfrentados desde hace años?
Un electorado sin datos previos
Los informes sobre el trasvase de voto de las últimas elecciones no dejan un panorama de voto especialmente positivo para esta estrategia de unificación entre la izquierda y los liberales de Macron.
De acuerdo con los datos proporcionados por el portal francés, Le Grand Continent, la mayoría del electorado de Emmanuel Macron no es tendente a cambiar su voto, sino irse a la abstención ante candidatos o posibilidades que no le agraden.
En las últimas elecciones europeas, la elección mayoritaria de los votantes de Macron fue la abstención, y más de 370.000 personas decidieron no votar. Lo mismo ha ocurrido en las elecciones de los últimos años por lo que, si bien es cierto que muchos votantes de Macron podrían decantarse por dar un apoyo incómodo a la izquierda, buena parte de ellos podría optar por la abstención.
En este sentido, esta posibilidad es nueva, puesto que el electorado de Macron siempre ha tenido que votar a su candidato, por lo que su reacción será una sorpresa difícil de determinar hasta el mismo día de las elecciones.
Por parte de los votantes de Mélenchon, la imagen resulta más alentadora. De acuerdo con los datos proporcionados por Públic Senat, casi el 42% de los votantes de Mélenchon dieron su voto a Macron en las elecciones legislativas de 2022. Esta imagen refleja que el electorado de izquierdas está relativamente dispuesto a ceder su voto a candidatos de consenso para evitar la victoria de RN.
