El presidente de Francia, Emmanuel Macron, ha declarado que solo nombrará un nuevo primer ministro una vez que las fuerzas políticas en el país logren un acuerdo para «construir una mayoría sólida». Mientras tanto, el gobierno actual continuará ejerciendo sus funciones, según afirmó el mandatario este miércoles.
Llamado a una coalición amplia
En una carta dirigida a la ciudadanía y publicada en diversos medios regionales, Macron subrayó que solo las fuerzas republicanas, unidas por compromisos mutuos, representan una mayoría absoluta. «La naturaleza de estas elecciones, marcadas por una clara demanda de cambio y de reparto del poder, les obliga a construir una coalición de base amplia«, escribió el presidente.
Macron destacó la necesidad de dar a las fuerzas políticas tiempo para elaborar compromisos con calma y respeto mutuo. En Francia, es el presidente quien tiene la potestad para nombrar al primer ministro, aunque su respaldo en la Asamblea Nacional es crucial para evitar una moción de censura.
Resultados electorales y necesidad de cambio
El presidente francés destacó que ningún partido ganó realmente las elecciones, ya que «ninguna fuerza política obtuvo sola una mayoría suficiente». A pesar de que la extrema derecha se impuso en la primera vuelta con casi 11 millones de votos, Macron señaló que los votantes rechazaron su acceso al poder. Insistió en que, para lograr un compromiso, las ideas y programas deben prevalecer sobre los puestos.
Por otro lado, argumentó que los franceses eligieron en las urnas el frente republicano, excluyendo a la extrema derecha. Esto requerirá la invención de una nueva cultura política en Francia, que no está acostumbrada a las coaliciones para gobernar. «Esta concertación debe construirse en torno a grandes principios para el país, valores republicanos claros y compartidos, un proyecto pragmático y comprensible», afirmó el presidente.
Reacciones y críticas de la izquierda
Estas declaraciones han generado reacciones mixtas, especialmente dentro de la coalición de izquierdas Nuevo Frente Popular (NFP), que es la primera fuerza en la Asamblea Nacional con 182 escaños, aunque lejos de la mayoría absoluta de 289. La izquierda ha sido clara en que el nuevo primer ministro debe provenir de sus filas, aunque aún no han presentado un candidato de consenso.
Jean-Luc Mélenchon, fundador de La Francia Insumisa (LFI), criticó en X (anteriormente Twitter) la decisión de Macron de mantener al gobierno actual, calificándolo de «veto real al sufragio universal». Clémence Guetté, diputada de LFI, opinó que Macron maltrata la democracia y que el Nuevo Frente Popular debería gobernar. Marine Tondelier, líder de los ecologistas, también acusó al presidente de no reconocer los resultados electorales, advirtiendo que su negativa daña al país y a la democracia.