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El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha colocado al Corredor Filadelfia, la franja de 14 kilómetros en la frontera entre Gaza y Egipto, en el centro de la estrategia militar y política de Israel, en lo que considera un obstáculo clave para un alto el fuego en el conflicto en curso. Después de once meses de invasión que han dejado aproximadamente 41.000 muertos, Netanyahu asegura que controlar este corredor es fundamental para el futuro del país.
Netanyahu y la estrategia de permanencia en el Corredor Filadelfia
Netanyahu, fortalecido tras el fracaso de una huelga general horas antes, compareció ante los medios en Jerusalén para subrayar la importancia de mantener una presencia permanente en el Corredor Filadelfia, una zona estratégica que considera vital para evitar un rearme de Hamás. “Nuestra presencia allí es más un asunto político que militar. Si salimos, podríamos no regresar en décadas”, afirmó con un tono desafiante.
El líder israelí recordó los objetivos fundamentales de la guerra: destruir a Hamás, recuperar a los rehenes, asegurar que Gaza ya no sea una amenaza para Israel, y proteger a los residentes de la frontera norte. Según Netanyahu, tres de estos objetivos dependen directamente del control del Corredor Filadelfia, el cual describe como el “canal de oxígeno” de Hamás.
Revisión histórica y legitimidad internacional
También provechó la rueda de prensa para repasar la historia reciente de Gaza, señalando la retirada unilateral de Israel en 2005 como un error que ha permitido a Hamás tomar el control de la franja. A pesar de haber apoyado esa retirada, argumentó que las circunstancias han cambiado y que su país tiene la legitimidad para retomar el Corredor Filadelfia.
En este sentido, el Corredor Filadelfia, una franja establecida en los Acuerdos de Camp David, es visto como la única opción viable para mantener el control sobre Gaza. Por esto, rechazó la posibilidad de delegar esta tarea en fuerzas multinacionales o en la Autoridad Nacional Palestina, como propone Estados Unidos.
Críticas internas y respuesta internacional
La insistencia en controlar este territorio ha generado críticas tanto dentro como fuera de Israel. Acusaciones de negligencia en la liberación de rehenes, y la creciente percepción de que su gobierno es el principal obstáculo para un acuerdo de alto el fuego, han erosionado el apoyo a su estrategia.
Por su parte, el exprimer ministro Yair Lapid ha acusado a Netanyahu de preferir “una guerra eterna” y ha calificado su nueva obsesión con el Corredor Filadelfia como una “cortina de humo política”. Mientras tanto, el Foro de Rehenes y Familias Desaparecidas ha expresado su indignación, acusando a Netanyahu de no tener intención de traer de vuelta a los rehenes.